Recuperación de un romería junto a los restos de un ermita medieval

Arqueólogos iniciarán en agosto la excavación del castro de San Lourenzo

Ubicado en Brollón, los expertos creen que se trata de un poblado romano que albergó a los trabajadores de las minas auríferas
La limpieza del monte ya permitió descubrir algunos de los muros defensivos del castro
photo_camera La limpieza del monte ya permitió descubrir algunos de los muros defensivos del castro

Un equipo de arqueólogos y vecinos trabaja estos días en la limpieza del monte en el que se ubica el castro de San Lourenzo, en la parroquia de Cereixa, de A Pobra do Brollón, con el objetivo de excavar el recinto en el mes de agosto. La actuación se lleva a cabo en el marco de un proyecto coordinado por el arqueólogo Xurxo Ayán y promovido por la Universidad del País Vasco, el Instituto de Ciencias do Patrimonio (CSIC), la asociación vecinal María Castaña y el Ayuntamiento de A Pobra do Brollón. Además, cuenta con la supervisión de la Cátedra de Paisajes Culturales y Patrimonio de la Unesco.

El reto es descubrir el castro que ahora se encuentra totalmente enterrado en el monte y crear un recurso turístico sostenible para la parroquia de Cereixa. También se busca poner en valor otro patrimonio local y, en los trabajos de campo, probar nuevas tecnologías.

POBLADO AURÍFERO. El castro de San Lourenzo se ubica en un monte en el margen derecho del río Saa. Se trata de un poblado fortificado levantado entre los siglos I y II de nuestra era tras la conquista romana para albergar a los trabajadores de las explotaciones auríferas de la comarca. Probablemente estuvo también vinculado a la metalurgia del hierro, por lo que, según explica Xurxo Ayán, se trataría de un asentamiento especializado dentro de la red de castros que controlaban la minería en las cuencas de los ríos Lor, Saa y Cabe.

El objetivo es que pueda descubrirse todo el recinto y aprovecharlo como recurso turístico para la comarca

Ayán defiende la hipótesis de poblado minero porque el castro de San Lourenzo está muy próximos a la zona de las explotaciones, no se ubica en un lugar especialmente estratégico desde el punto de vista defensivo y, en ese sentido, no se ajusta a la lógica de las construcciones prerromanas. Además, parecen haberse aprovechado en su construcción los conocimientos hidráulicos a la hora de hacer los fosos del recinto.

El castro se encuentra cubierto por una espesa capa de vegetación y en los próximos días se harán cuatro sondeos para ver cómo abordar la excavación. De todas formas, por los estudios realizados en la zona por arqueólogos, geógrafos y otros especialistas, el castro tiene un perímetro total de cerca de 8.800 metros cuadrados. Presenta un primer recinto circular protegido por una potente muralla de la que se pueden ver algunos tramos y que está levantada con cuarcita.

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