El equipo de arqueólogos que trabaja en Cova Eirós de Triacastela, formado por investigadores de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, ha documentado el hallazgo de 700 nuevas piezas desde el inicio de la nueva campaña de excavaciones hace siete días. Un grupo de doce trabajadores participa en las prospecciones de este yacimiento, que se prolongarán hasta la última semana de agosto.
Según cuenta el codirector de las excavaciones, Xosé Pedro Rodríguez, en la cueva han diferenciado diversos niveles arqueológicos. "Actualmente estamos en los niveles tres y cuatro, los que corresponden a ocupaciones neandertales". El nivel cuatro, añade el investigador, "tiene mucho material arqueológico y mucha fauna, diversos tipos de herramientas de piedra de diferentes categorías y con diferentes características". El nivel anterior, el dos, se trata de "un nivel más moderno, del paleolítico superior" y en él, "encontramos menos herramientas, y sin embargo, encontramos restos de carnívoros". De eso, infiere el científico que "los sapiens de ese nivel sólo hacían visitas esporádicas, venían muy de vez en cuando aquí por cosas puntuales" y añade que ,en cambio, en el nivel 4 "lo que tiene más peso es la ocupación humana".
Respecto a los hallazgos más relevantes, Xosé Pedro Rodríguez advierte de que él estudia herramientas líticas, por lo que "tengo tendencia a destacar ese tipo de hallazgos por encima del resto", pero matiza que "sale una fauna muy interesante, restos de huesos de animales con marcas de cortes de herramientas de piedra y otras piezas óseas con fracturas hechas por hombres".
Aunque el codirector de la excavación es arqueólogo, en su equipo cuenta con estudiantes de zooarqueología para estudiar la fauna. "Los paleontólogos estudian de qué especies son los restos y su contexto climático, pero a nosotros nos interesa ir un poco más allá, y ver la relación que tenían con los humanos", explica. "Intentamos, con ello, hacer interpretaciones sobre las actividades del hombre en aquella época".
El investigador anuncia que la campaña actual de excavaciones finalizará el 29 de agosto.
EL ORIGEN. Estos trabajos arqueológicos comenzaron en 2008. Antes, la cueva despertó el interés de un grupo de paleontólogos dirigidos por la investigadora de la Universidad de A Coruña, Aurora Grandal, debido al hallazgo de multitud de restos de osos. "El yacimiento era conocido antes sobre todo por eso, porque es uno de los que contiene más restos de oso de la península ibérica", comenta el arqueólogo, que añade que el valor de la cueva para los paleontólogos es que en su interior hay restos de dos especies de úrsidos, "el oso pardo y el oso de las cuevas, ya extinguido".
El investigador aclara que "realmente quienes nos empujaron a iniciar estas excavaciones fueron unos compañeros arqueológos que hicieron una cata aquí, en la entrada, y encontraron material del paleolítico".
Estos hallazgos permiten estudiar cuándo y por qué desaparecen los neandertales y aparecen los homo sapiens
"Lo relevante de los restos arqueológicos que encontramos aquí, es que pertenecen al paleolítico medio y al paleolítico superior", comenta Xosé Pedro Rodríguez, "tenemos representadas diferentes partes del paleolítico y lo interesante es que podemos comparar las herramientas y el tipo de fauna de los últimos neandertales y los primeros sapiens". Estos hallazgos "pueden dar mucho juego para ver las diferencias entre ambas especies humanas" y añade que "nos permite estudiar algo muy interesante desde un punto de vista científico, que es cuándo y por qué desaparecen los neandertales, y cuándo y cómo aparecen los sapiens".
