Aprendices de la Benemérita

El alumnado del Ceip Veleiro Docampo de Castro disfrutó de una exhibición de distintas unidades de la Guardia Civil

El alumnado permanecía espectante mientras un helicóptero del servicio aéreo de la Guardia Civil sobrevolaba el Ceip Veleiro Docampo de Castro, cada vez más bajo, hasta finalmente aterrizar en la pista de colegio entre aplausos y risas. Poco más de una hora después, despegaba con una cuenta atrás coreada por decenas de voces felices.

Así empezaba y finalizaba el concierto de sirenas, bocinazos y exclamaciones de asombro que siempre acompaña a las exhibiciones que realiza la Guardia Civil en los colegios de la provincia —normalmente una o dos por año—, incluidas dentro del Plan Director para la Convivencia y mejora de la seguridad en los centros educativos y sus entornos.

"Está pensado para ensinar o noso traballo e as cousas que facemos", explica Ramón Peña, formador de la Guardia Civil, precisando que en este mismo programa del Ministerio del Interior también se incluyen otras actividades, como charlas formativas o de seguridad. Aunque sin duda, son los despliegues de medios que se vienen haciendo desde hace una década y que les permiten a los escolares convertir los coches oficiales en su campo de juegos los que más éxito tienen, y ayer en el colegio de Castro se constató una vez más.

Efectivos del Seprona, de Tráfico o de Seguridad Ciudadana de la compañía de Vilalba, junto con el Servicio Aéreo de A Coruña, ofrecieron explicaciones sobre su trabajo y los medios que utilizan.

El helicóptero con base en Alvedro fue el que más curiosidad despertó, sobre todo por tratarse de una aeronave de fabricación alemana con casi 40 años de servicio. La velocidad que alcanza, corre tan rápido como Fernando Alonso; su autonomía, permitiría ir a Andalucía al estar más de tres horas sin repostar; o sus usos, vigilancia, búsqueda de desaparecidos, rescates... Estas fueron algunas de las cuestiones por las que se interesaron los pequeños aprendices, que también inquirieron sobre el giro de las aspas o si tenía bodega.

Aunque la visita de los agentes de la Benemérita estaba destinada a los alumnos del colegio, no fueron los únicos que disfrutaron del despliegue de medios. Un grupo de usuarios de la residencia de mayores Sar Quavitae de Castro de Ribeiras de Lea también se acercó hasta el patio del colegio para escuchar las explicaciones de los agentes, hacerse fotos junto a los vehículos o conocer el funcionamiento del helicóptero. Y alguno aún fue más allá, rememorando los tiempos en los que él mismo llevaba uniforme.

Y, por supuesto, no faltaron los curiosos, atraídos por las sirenas y encantados con poder inmortalizar en vídeo las maniobras de aterrizaje y despegue.

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