Aparece en el castro de Cereixa la primera tumba compartida

El hallazgo de dos cráneos en la misma fosa abre nuevas preguntas sobre el pasado del lugar
La tumba compartida por dos indiviudos en Cereixa. SANLOURENZO.NET
photo_camera La tumba compartida por dos indiviudos en Cereixa. SANLOURENZO.NET

Los arqueólogos que trabajan en las excavaciones del castro de San Lourenzo, ubicado en la parroquia de Cereixa (A Pobra do Brollón), han encontrado dos cráneos en una de las más de 60 tumbas que han abierto y explorado. Es la primera vez que en este yacimiento aparece una fosa con calaveras de dos individuos, un hecho que abre nuevas preguntas e hipótesis sobre el pasado de la comarca.

Hasta la fecha, todas las tumbas documentadas en el castro de Cereixa consistían en inhumaciones individuales. En uno de los enterramientos estudiados de forma reciente se documentó la presencia del esqueleto -su estado de conservación es malo- de un individuo. La sorpresa de los investigadores es que justo al lado de su cráneo descansaba otro.

El técnico de cultura y turismo del Ayuntamiento de A Pobra do Brollón, Xosé Gago, declaró que han sido trasladados a un laboratorio por la antropóloga Candela Martínez para hacerles los análisis pertinentes. A partir de estas indagaciones se aclararán cuestiones como el sexo de los individuos o posibles marcas de enfermedades o dolencias.

Sin embargo, lo que más ha llamado la atención de los expertos que trabajan en el castro es el hecho de que la tumba estuviese compartida por restos de dos seres humanos distintos. Según señalaron desde el equipo de arqueólogos, esta práctica es muy común en el cristianismo. Se apartan los huesos viejos y se mueven a un rincón para ubicar nuevos restos. Se hace en los nichos hechos en la tierra y se conoce como enterramiento secundario.

Una de las primeras dudas a resolver afecta a este hecho. Los investigadores tratarán de responder si la tumba en cuestión fue reutilizada y abierta para una nueva inhumación. De confirmarse esta hipótesis, los arqueólogos creen que sería "a excepción que confirma a regra", pues el resto de fosas permanecieron selladas hasta el inicio de las investigaciones en Cereixa.

Otra opción es que los enterradores vaciasen la tumba original y colocasen un segundo difunto al lado del que yacía allí anteriormente. Los posibles motivos son múltiples. Por ejemplo, que sean dos seres queridos juntos.

La tercera teoría dice que el segundo cráneo se colocó de forma intencionada durante el primer sepelio. Este ritual es más propio de los celtas y no se correspondería con un rito cristiano.

Los descubridores esperan que las pruebas resuelvan estas cuestiones. Gago indicó que los análisis se agilizarán a partir del mes que viene.

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