Un ejemplar prácticamente recién nacido de rorcual común arribó este jueves muerto a la playa de O Torno, enclavada en la localidad de San Cibrao, perteneciente al municipio de Cervo. La ballena, que tiene unos seis metros de longitud, es un cachorro, según indican el responsable de varamientos de la Coordinadora para o Estudio dos Mamíferos Mariños (Cemma), Alfredo López, especialista en cetáceos del colectivo que se ocupa de la protección de la fauna marina a través de un convenio firmado con la Consellería de Medio Ambiente.
El animal, que tiene un peso aproximado de dos toneladas, pese a los escasos días de vida con que cuenta, apareció a primera hora de la tarde en el arenal sancibrense. López indica que "o primeiro ano de vida das baleas soe ser un periodo crítico" para su supervivencia, como parece demostrar la llegada de este ejemplar muerto. Durante ese tiempo se produce una gran mortalidad en esta especie.
Los ejemplares de rorcual común al nacer pueden tener entre cinco y seis metros de longitud, según Alfredo López, medidas que casan a la perfección con las que tiene el localizado en la playa de O Torno. La separación de la madre o que se produzcan problemas durante el parto son factores que pueden desencadenar su muerte en los primeros días y semanas de vida.
La aparición de ballenas muertas es más frecuente entre los meses de noviembre y enero, pero según el especialista de la Cemma, todavía no estamos tan lejos de esas fechas, por lo que resulta probable aún que se produzcan varamientos de rorcuales.
En los últimos años se han registrado varios episodios en los que estos animales se han quedado varados en las costas gallegas. Además, el pasado mes de julio, una ballena aliblanca fue arrastrada a una cala, también en San Cibrao.
