Antonio Maseda Bouso

Maseda Bouso concibe un Lar Gallego mundial

Hace treinta años que el abogado mindoniense muere en Madrid después de una vida de activismo constante

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El Progreso 22/12/19

A LOS PERSONAJES con hijos famosos se les despachan los galones con decir que lo son y listo. Eso le ha sucedido más de una vez a Antonio Maseda Bouso (Mondoñedo, 1893), cuando le cuelgan que “es el padre de Elisa Lamas”, o sea, Elisa Maseda Arango, escritora, abanderada del feminismo y mujer destacada en la Cataluña franquista y pujolista con su marido, Jiménez de Parga.

Se le hurta así a Antonio Maseda una fecundísima biografía que se inicia con un embarazo no deseado, o al menos no admitido, de Carmen Romero Fernández, de principal familia mindoniense, y el seminarista homónimo José Maseda Bouso. El episodio de la llegada a este mundo de Maseda junior proporciona mucha leña a los fuegos invernales de la ciudad, pero hoy está contada al detalle por varios autores.

De Rego dos Cas (Os Remedios), donde nace, pasa a la inclusa y allí lo recoge su padre diez años después, cuando la marejada originada por el embarazo ya había amainado.

Desde ese momento, al 19 de diciembre de 1989, en que fallece _ hizo esta semana treinta años _, Antonio va a desarrollar un continuum de actividad política, social, jurídica, galleguista, intelectual y empresarial como pocos gallegos en su tiempo.

Doctor en Derecho y en Filosofía y Letras, registrador de la Propiedad, académico profesor de la Real de Jurisprudencia y Legislación, fue consejero provincial de Fomento de Lugo, de la Confederación Nacional Católico-Agraria y profesor de la Escuela Normal de Maestros. 

En Mondoñedo trabaja en pro de los sindicatos agrícolas, el cooperativismo y las cajas de ahorro y previsión, cabotaje y mataderos; por citar solo los ámbitos y no cederle todo el espacio a ese desbordante activismo.


Dirige las publicaciones Galicia Social Agraria y sobre todo, Acción Social. De él dicen que es la mano que salva a Ramón Lorenzo González, director de Don Fino, de acabar en el destierro con la caída de la cabecera. Firma estudios de crítica literaria, así titulados, y otros como “Macias y los Amantes de Teruel”, “Rosalía de Castro”, e infinidad de monografías de ciencia jurídica y de los campos ya citados. Además defiende a Pascual Veiga ante Murguía como autor del Himno de Galicia, que el historiador no reconoce, siendo como fue Veiga no sólo autor, sino coordinador del trabajo de Pondal.

Fuera de Galicia es elegido teniente de alcalde del distrito de la Universidad  en el Ayuntamiento de Madrid sin ser antes concejal, lo cual es timbre de su valía. Pero sin duda su iniciativa más querida y la que más esfuerzos le consume es la creación del Lar Gallego.

Maseda le cuenta a un redactor de la agencia Prensa Cuevas cuál es su visión del proyecto: “No sería un centro más de reunión o recreo para matar el tiempo, sino el ojo propulsor que mueva todos los resortes para hacer una Galicia grande, hermosa... Ese Lar Gallego sería al mismo tiempo el lazo de unión entre todas las sociedades gallegas esparcidas por el mundo. Todos los organismos de Galicia (...) deben aunar sus esfuerzos para constituir  en Madrid ese Lar Gallego con recursos suficientes para ayudarse mutuamente unos a otros, para fomentar el turismo, para despertar los valores espirituales de nuestra raza...”

Fácil es comprender la resistencia que se encuentran, él y sus sucesores, como el marqués de Leis, antes de venirse a Lugo.

También es vocal de la pionera Autopista Madrid-Cuenca-Valencia y antes de morir preside el Casino de Madrid. Para acabar como empezamos, diremos que una de sus nietas, Paloma, está casada con el diputado gitano Juan de Dios Ramírez Heredia. 
 

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