Un genio orgulloso de sus orígenes: "Ferrán Adriá daría su vida por haber creado algo como el butelo"

Antonio Fraguas 'Forges' concedía una entrevista a este diario en 2015, tras acudir a A Fonsagrada, la tierra de su padre, para recibir el Butelo de Ouro

Antonio Fraguas 'Forges'
photo_camera Antonio Fraguas 'Forges'

(Entrevista publicada el 12 de agosto de 2015)

¿Qué es para usted el butelo?
Es un emblema de algo muy importante: una forma personal de vivir, que es la que caracteriza a la Galicia tradicional pero mezclada con modernidad de la cocina absolutamente natural. La cocina gallega, en toda su extensión, es lo más moderno que puede haber en una cocina moderna, y la gente debe ser consciente de ello. Ferrán Adriá daría su vida por haber creado algo tan importante como el butelo.

Su padre era gallego. ¿Qué relación guarda usted con esta tierra?
Tengo antepasados gallegos que yo haya conocido a través de documentos hasta 1705. Algo de gallego debo de llevar dentro.

¿Entre ello la retranca?
Por supuesto, y a mucha honra. El humorismo gallego es una forma muy específica de ver la existencia. Es ver el venir de la vida con la consecuencia, y se encierra un poco en esa frase tan nuestra de "no, si ya verás tú como...".

Asimismo, seña de su humor es ese lenguaje forgiano tan particular. ¿De dónde sale?
Hablar poco y escuchar mucho es una de las fórmulas.

Se ha publicado un libro de sus 50 años de viñetas. ¿Hay alguna de antaño que pudieran reimprimirse hoy?
Perfectamente. Son viñetas de toda la vida y creo (y me temo) que alguna de ellas será publicada reiteradamente.

¿Existe la jubilación para el humorista o es un empleo de por vida?
Es que no es un empleo, es una forma de respirar. Los humoristas respiramos de otra manera.

¿Y cómo ve el presente? ¿Solo nos queda el humor para afrontarlo con dignidad?
La dignidad es una de las primeras condiciones del ser humano y el humor es una de las formas más hábiles de suplantar esa dignidad cuando no se puede ejercer debido a hechos exógenos.

¿Cada chiste es una pequeña revolución, que decía George Orwell?
Orwell murió muy joven y se permitió el lujo de decir cosas que una vida larga le hubiera dado la respuesta contraria. La risa no puede ser nunca revolucionaria porque es todo lo contrario: coloca a la revolución en su sitio y, mucho más importante, a las tradiciones desfasadas en el lugar que le corresponde. La única revolución que existe es la del ser humano, propia, individual y colectiva. Y esa hay que hacerla de una manera muy seria.

¿La realidad ha superado la ficción en surrealismo y absurdo?
No, pero la realidad a veces confirma que uno tiene toda la razón. Por mucho que trates de cambiar la realidad, la realidad es más humorística que tú.

Hay gente que deja ya la viñeta escrita, supongo.
Por ejemplo, con el señor Rajoy lo tengo facilísimo. Dicen que las publicaciones humorísticas están de capa caída. Lógicamente, porque nos están haciendo la competencia en otros medios, con la cantidad de cosas que dice gente como los tertulianos de la TDT Party.

¿Es más necesario el humor que nunca, visto hechos como el atentado contra Charlie Hebdó?
En el Islam están en el año 1436. En ese año de la era cristiana, llevaba 150 años existiendo la inquisición en Francia. Es lógico pensar que en otra religión monoteísta, en el año 1436 de su época, pueda tener otra inquisición. Eso es lo que está haciendo una facción minúscula del Islam que se está llevando por delante al propio Islam y que arrampla con todo por una idea estúpida que no aparece en el Corán. Entonces, hay que cuidar qué se dice y cómo se dice para que incluso esos cernícalos no puedan hacer nada porque se ha empleado tal cantidad de neuronas que es imposible meterse con esa persona.

¿La libertad de expresión solo se respeta en esos momentos?
La libertad de expresión no existe. Lo que decía la declaración de los derechos humanos de la Revolución francesa es que el Estado debe garantizar el derecho del ciudadano a expresarse; jamás que pudiera decir lo que le diera la gana. Hubo un listo que tradujo libertad para expresarse por libertad de expresión y se jorobó el invento.

¿Dónde pone usted su límite?
Si se han empleado la cantidad de neuronas suficientes se puede decir todo.

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