Opinión

Andar por casa

DOS MIL años lo acreditan. Avalan que Lugo es una ciudad histórica con amplio y rico abanico artístico/monumental que mostrar y del que presumir, con vestigios de su pasado romano y medieval dignos de ver y admirar. Y a visitarlos acuden visitantes foráneos (menos de los deseados) que no siempre reciben las atenciones que se merecen o que debieran y esperan recibir. Surge ahora la ridícula inconveniencia alimentada por el Concello, al no exigir titulación oficial del inglés ni de otros idiomas extranjeros al personal de la oficina de turismo y de los museos, que sin embargo sí deben acreditar que poseen conocimiento del gallego.

Nunca sobra que se requiera a los guías el dominio de la lengua propia, la de andar por casa, necesaria si los que vienen proceden de Fisterra, Verín o Betanzos. Pero el ceñimiento diluye su utilidad si el forastero llega de más allá de Pedrafita, del mundo anglosajón, francófono o de cualquier otro punto del planeta. Si entre los que vienen hay castellanohablantes, no hay problema, pero sí existe con quienes demandan información en inglés, francés, italiano... y no se les puede complacer por una absurda y aldeana omisión municipal.

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