Opinión

Amencer

TODO CAMBIA de rumbo. Los afilados cuchillos sufren un extraño efecto boomerang. Una extraordinaria rueda prensa se vuelve en contra poniendo contra las cuerdas a cinco periodistas. Sentados en una mesa encienden sus grabadoras, abren sus libretas para acabar registrando sus propias declaraciones. Pero, lo más sorprendente es que la noticia no estaba en las respuestas y sí en las preguntas. En el fondo y forma en que se habían realizado. En cada uno de los matices planteados. Lo nunca visto. Una novedosa vertiente del periodismo se apoderaba de ese fabuloso encuentro. Enfrente, varios miembros de la asociación pontevedresa Amencer/Aspace tenían preparado, a conciencia, aquella oportunidad: interrogar a quienes, por norma, interrogan de oficio. Detrás de cada frase, de cada palabra, existía un honesto sentimiento por despejar varias dudas. Entre ellas, nuestra visión personal sobre la parálisis cerebral, la percepción real de la discapacidad en la sociedad actual o el sublime esfuerzo de quienes viven esta situación. En este último punto no hubo discusión. Al contrario, surgió un unánime reconocimiento del inquebrantable compromiso de las familias. De aquellas que han enterrado a la temida discriminación por el sinuoso camino. De quienes, desde el silencio, desde la superación diaria, han cavado la zanja de la inclusión social con la que cada mañana amanecemos.

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