El discurso de Puigdemont es la expresión política de que no se puede sorber y soplar al mismo tiempo. No se fija el reglamento unilateralmente mientras se juega. Ese discurso es la conclusión de una carrera de insensateces, que marcó la pasión nacionalista y no la razón política en la acción del actual gobierno catalán. La ambigüedad del discurso, que es para el independentismo radical la expresión de fracaso para el objetivo que se había marcado, es también el reflejo de que la transversalidad en polítítica ha de asentarse en límites admitidos por todos para no conducir a la catástrofe. La intervención del socialista Miquel Iceta, además de desmontar con argumentos la supuesta proclamación de la república catalana, marca un camino para que tome el protagonismo la política desde las instituciones y para encontrar salida sin más traumas ni anormalidades por la vía de unas elecciones autonómicas.
Capón de Vilalba
El capón de Vilalba figura ya en el registro de Indicación Geográfica Protegida de la Unión Europea. Significa, como mínimo, un aval importante para el márketing comercial de este producto allá donde no fuese conocido. Significa una garantía de calidad en un proceso positivo para la economía de la comarca chairega de crecimiento de la producción y de su presencia en los mercados. Debería entenderse también como un reconocimiento a una labor tradicional que se mantiene con dedicación en la Terra Chá. La cría del capón es una producción tradicional en pequeñas explotaciones rurales familiares como un complemento en los ingresos de esas economías. El capón de Vilalba es indiscutiblemente, con su feria anual, una de las señales de la Navidad en una mesa familiar gallega.
