Si había un año en el que montar un autocine en Lugo sin duda era este extraño 2020. Ojalá todas las noticias que nos sorprenden en esta época fuesen de este tipo. Aquí somos más de cine bajo techo, del clásico, del Kursal y del Gran Teatro, también del Paz y del Ronda, y de los que vinieron después para perder poco a poco la batalla contra el sofá de casa, la tele de plasma y un mando con acceso a mundos a los que antes solo se llegaba después de guardar cola. Aquí somos más de ver autocines dentro de las películas de Hollywood y de preguntarnos cómo de rara será esa experiencia. Pero tal y como están las cosas ahora también somos de agarrarnos a donde sea con tal de olvidar por un momento la película en la que estamos metidos sin que nadie nos diese a leer el guion. Así que vaya desde aquí mi envidia para el que pueda montarse en su Mustang del 69 o en su Cadillac Deville y bajar al Pazo a ver una peli con el cielo sobre sus cabezas. ¡Y encima E.T.! Siempre me reventó por dentro que a lo largo de la historia del cine todas las naves extraterrestres llegasen a Estados Unidos... ¡Ya está bien de tanto ‘mundocentrismo’ y tantas barras y estrellas! Celebremos que esta vez el alienígena cae en Lugo. En ‘mi casa’.
