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Por algo habrá que empezar

Proc/JFIF/EFE-Calidad:Excelente
photo_camera Los jugadores del Borussia Dortmund saltan al campo. MARTIN MEISSNER/POOL
Todavía se estaba formando la plomiza nube que cubriría el país durante la época más dura del confinamiento y ya se hablaba de qué iba a pasar con el fútbol. Era una de las preocupaciones de una España que no tenía ni idea de dónde se estaba metiendo. Y a mí, futbolero confeso, me costaba entenderlo. ¿Qué importará eso? Durante dos meses pinché la pelota en mi cabeza. Pero el pasado sábado recibí un WhatsApp de un amigo. Ponía: "Fútbol, tío". Y yo leí: "Primer paso hacia todo lo que echamos de menos". Corrí a la televisión y busqué por canales olvidados hasta que encontré un Borussia Dortmund-Schalke 04. Me pregunté si sería lícito alegrarme por el regreso de algo que había menospreciado durante ocho semanas... y mientras buscaba una respuesta me tragué el partido entero; sin público, con ridículas celebraciones, frío, sin alma, pero con un aroma al pasado que queremos a nuestro lado. Después llegó el martes y se cumplieron 20 años de la Liga del Dépor. Recordé entonces aquella noche en A Coruña, el ejemplo perfecto de lo contrario a un confinamiento... Sé que el fútbol no es lo más importante en la vida, y mucho menos en estas circunstancias, pero supongo que por algo habrá que empezar.

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