Al menos 25 muertos por la represión a otra masiva protesta contra Al Asad

El régimen sirio volvió a recibir con un baño de sangre las masivas protestas que, un viernes más, sacaron a miles de personas a las calles de las principales ciudades del país para pedir la renuncia del presidente, Bachar al Asad.

Según el presidente de la Organización Nacional de Derechos Humanos en Siria (ONDHS), Ammar Qurabi, uno de los opositores más reconocidos del país y que permanece en el exilio, al menos 25 personas murieron en la represión. De esa cifra, que todo hace indicar que seguirá aumentando, Qurabi explicó que su organización ha identificado a al menos 23 fallecidos, entre quienes hay un niño muerto en el barrio damasceno de Yober.

Las manifestaciones más sangrientas, según los primeros datos, fueron las que tuvieron lugar en la capital, especialmente en el barrio de Al Qabun, donde al menos 14 personas perdieron la vida a manos de las fuerzas de Al Asad. Mientras, en la ciudad de Deraa (sur), donde comenzó el movimiento de rechazo a Al Asad, fallecieron cuatro personas, otras tres en Idleb (norte), y otra en Homs (oeste), según el recuento de Qurabi. Por su parte, los llamados Comités de Coordinación Local elevaron la cifra de víctimas mortales a 27 en un comunicado en su página de Facebook.

Según dijo Qurabi, las manifestaciones se han generalizado ya en todas las provincias de Siria, y no dejan al margen a la capital, Damasco, donde las primeras protestas no tuvieron el mismo calado. Las televisiones árabes como "Al Yazira" mostraron vídeos enviados por ciudadanos, cuya autenticidad no pudo ser verificada, de grandes protestas callejeras en Homs (oeste) o Damasco, y de la labor represora de las fuerzas de seguridad.

Sin embargo, de nuevo la información procedente de Siria llega con cuentagotas, a través de los grupos de oposición creados en muchas ocasiones tras el comienzo de la revuelta, y que ofrecen su información en sus páginas de internet y en Facebook. No se descarta que la cifra de víctimas mortales crezca según pasen las horas, ya que el viernes, día del rezo musulmán más importante de la semana, suele ser la jornada con mayor número de protestas en Siria, que se suelen traducir en un número creciente de muertos y heridos por la represión.

La jornada de hoy se produce dos días después de que destacados miembros de la oposición de Siria subrayaran en Bruselas que no están dispuestos a dialogar con el régimen mientras continúen las "masacres" contra la población. Asimismo, instaron a Al Asad a abandonar el poder y permitir una transición hacia la democracia. En un debate celebrado en la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, el dirigente opositor sirio Haizam Maleh lamentó la represión del régimen contra los manifestantes pacíficos y opinó que éste "está acabado y no tiene posibilidad de seguir gobernando el país".

Según fuentes de la oposición y organizaciones pro derechos humanos sirias, el régimen de Damasco mantiene detenidas a unas 15.000 personas por las protestas en su contra y ha acabado con la vida de entre 1.450 y 2.000 personas. Por su parte, la agencia estatal de noticias siria, Sana, ignora las protestas de este viernes y destaca que "prosiguen en todo el país las marchas y actividades civiles de respaldo al programa de reformas" impulsadas por el Gobierno, y "en rechazo a cualquier tipo de intromisión extranjera en los asuntos del país".

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