Ahora, con queso

Como el rascar, todo es empezar. Es el efecto dominó, preocupante pero necesario para desenmascarar fraudes alimentarios o aspectos higiénicos y sanitarios anómalos, relativos a nuestro sustento. Tras denunciarse la utilización engañosa de la carne de caballo en productos comercializados con etiqueta de ternera, ahora nos la dan con queso. El fraude lo descubre un laboratorio vigués, que por encargo de la USC y el CSIC analizó cien quesos (españoles) de diferente procedencia, que se venden como puros de oveja y cabra, y que en un quince por ciento se detectaron cantidades importantes de leche de vaca, mucho más barata (casi un euro de diferencia), incluidos algunos de los analizados con denominación de origen, nada menos que el 25 por ciento del muestreo. En el informe que veo publicado en un periódico no se dan (debiera) nombres de marcas donde abundan, dicen, los más conocidos, manchegos y zamoranos. ¿Qué controles de seguimiento se hacen? ¿O tampoco?

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