El Ministerio de Defensa de Afganistán informó de que el proyectil estadounidense GBU-43, denominado la 'madre de todas las bombas' y lanzado sobre una base del grupo terrorista Estado Islámico (EI), acabó con la vida de 94 de sus miembros, entre ellos 4 altos cargos.
La nota identificó a los líderes del EI fallecidos como Abubakr, Hamza, Shahid Omar y Walkan Isama en una operación en la que además fueron destruidas cuatro cuevas empleadas como refugio por los combatientes. También cayeron varios depósitos de munición de los terroristas, junto a una decena de viviendas, que según detalló el comunicado, no dejó víctimas civiles.
Este ha sido un punto en el que han insistido las autoridades locales de Nangarhar y el gobierno de EEUU, ya que según su versión, la única familia que vivía cerca de la base del EI fue desalojada antes del bombardeo. Por su parte, el Estado Islámico negó la víspera, que el ataque hubiera causado heridos o muertos entre sus filas.
El ataque se produjo después de que el Gobierno afgano afirmara esta misma semana que el número de insurgentes del EI en el país es inferior a 400 y que el año pasado abatió a unos 2.500 miembros del grupo, lo que redujo su presencia a solo dos de las 34 provincias afganas.
