Opinión

Adidas demuestra que somos gilipollas

SEGÚN EL último barómetro del CIS el paro es la máxima preocupación de los españoles (66,2%), por delante del espectacular ascenso del independentismo catalán (del 7,8% de septiembre al 29% del pasado mes) y la corrupción (28,3%). Sin embargo, si hiciésemos una encuesta estos días estaremos todos de acuerdo en que a los ciudadanos nos preocupa un tema mucho más importante que esas tonterías: ¿Los adornos de la nueva camiseta de la selección son azules o morados?

Pues sí. ¡España llevará en el próximo Mundial una camiseta republicana! Esa es al menos la conclusión a la que llegaron multitud de personas, las mismas seguro que paralizaron el mundo hace unos años con la aparición de ese vestido endemoniado cuyos colores variaban de blanco y dorado a azul y negro según le apeteciera a nuestro caprichoso sistema visual.

Imagínense si el tema es importante que hasta Josep Pedrerol se ha visto obligado a aparcar el sesudo análisis táctico que impera en su programa para jugar a hacer manualidades dignas de Art Attack

Se ve que no está el horno para bollos en este país, pero Adidas parece que no se ha dado cuenta y ha disfrazado de "homenaje" a la equipación de España en el Mundial de EE UU de 1994 un ejercicio clarísimo de provocación. Algo que ya habían intentado hacer en el mismo torneo con la segunda camiseta de la selección, que era morada completamente, pero que no consiguieron porque los españoles de aquellas fechas no entraron a trapo.

No se rindieron los gerifaltes de la multinacional alemana, por lo que se ve, y esta vez su mezquino plan ha tenido éxito, demostrando ante todo el mundo que nuestra sociedad es más gilipollas que la de hace dos décadas.

Incluso los defensores de la pureza del deporte han dedicado horas y horas a hablar de esto, obviando con ello la cobertura más puramente analítica. Imagínense si el tema es importante que hasta Josep Pedrerol, que siempre ha criticado que los deportistas y entidades catalanas contaminen el ecosistema deportivo con manifestaciones políticas, se ha visto obligado a aparcar el sesudo análisis táctico que impera en su programa para jugar a hacer manualidades dignas de Art Attack –espacio presentado por un catalán, por cierto– en busca de la mezcla perfecta de colores que determine si la camiseta tiene tintes azules o morados.

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Juan Luis Larrea, pudo dar con el quid de la cuestión al señalar que estamos solamente ante un inoportuno "efecto óptico" y que el polémico color de la elástica es "azul petróleo", pero es que además añadió que "al mojarla con el sudor se vuelve más oscuro".

Esto último, añado yo, solo debería contar para los auténticos patriotas, ya que con tantos catalanes en La Roja como Piqué puede darse el caso de que la elástica no sufra ningún tipo de variación cromática durante un partido en el caso de algunos jugadores que se niegan sistemáticamente a sudar la camiseta nacional. ¿No es cierto?

Parece una broma pero no descartéis que en pleno Mundial de Rusia, cuando el verano traiga consigo la falta de información, veamos en las portadas de los periódicos deportivos –justo al lado de los 1.000 fichajes que cerrarán Barça y Madrid– un semáforo que vaya del "azúl petróleo" al morado republicano para analizar cuánto ha sudado cada jugador de España en un partido. Si es que a veces parecemos gilipollas.

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