Acepta cinco meses de cárcel por dejar morir vacas en su granja

El condenado es un vecino de O Saviñao que en un año no podrá desempeñar trabajos relacionados con el cuidado de animales. Las reses que sobrevivieron estaban desnutridas

Vacas rescatadas en estado de desnutrición. ARCHIVO
photo_camera Vacas rescatadas en estado de desnutrición. ARCHIVO

Un vecino de O Saviñao, cuya identidad se corresponde con las iniciales A.L.L., aceptó en el juicio celebrado este miércoles una pena de cinco meses de cárcel y un año de inhabilitación para el cuidado de animales al admitir que fue culpable de un delito de maltrato animal por mantener en pésimas condiciones de alimentación, higiene y salubridad a su cabaña bovina, compuesta por unas 70 vacas frisonas. Ello le causó la muerte a varias, cuyos restos fueron encontrados en estado de descomposición cerca de la granja, en algunos casos; y solo restos óseos, en otros.

Además, un buen número de animales vivos fueron diagnosticados de padecer raquitismo y deformaciones óseas por encontrarse extremadamente delgados y desnutridos. Como consecuencia de esta situación, se propuso el sacrificio de varias terneras por la imposibilidad de su recuperación. El acuerdo al que se llegó entre las partes en el juicio rebaja en tres meses la pena de prisión solicitada por la Fiscalía y en un año la inhabilitación para el ejercicio de la profesión o cargo que tenga que ver con el cuidado de animales.

En Chantada se produjo en 2016 un caso similar, con 40 vacas muertas de hambre y otras 20 en grave estado de desnutrición

CHANTADA. La muerte por inanición de estas vacas no es el único suceso de este tipo registrado en la comarca. En 2016, un ganadero de Chantada, en concreto de la parroquia de Axulfe, fue denunciado tras aparecer en su explotación cuarenta reses muertas y otras veinte en grave estado de malnutrición. En aquel caso, que aún sigue pendiente de resolución, el acusado se justificó ante el juez que le tomó declaración asegurando que el pienso y la paja que tenía almacenados en un silo sufrió una infección bacteriana que se transmitió a las reses, causándoles el óbito.

Su abogado aludió también a la grave situación económica en la que se encontraba el afectado, así como a su mal estado de salud, que le habría impedido hacer algo más por garantizar la perfecta salubridad de las instalaciones y la alimentación de los animales que poseía. El caso de Chantada había causado en su día una gran alarma social, por la gran cantidad de reses muertas y por el pésimo estado en la que se encontraban las que lograron sobrevivir.

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