El accidente mortal en el corredor Nadela-Monforte reabre el debate sobre su seguridad

La vía ha registrado un gran aumento del tráfico entre Lugo y Sarria en los últimos años

Accidente mortal registrado en el corredor de Sarria en octubre. J. VÁZQUEZ
photo_camera Accidente registrado en el corredor este lunes. J. VÁZQUEZ

El último accidente en el corredor de Nadela a Monforte, por el que dos personas perdieron la vida y otra resultó herida muy grave en la noche de este lunes, ha reabierto el debate sobre la seguridad de las vías de altas prestaciones.

El choque frontal se produjo en el punto kilométrico 15,100, muy cerca de la salida de A Pobra de San Xiao y O Páramo, en una recta con línea continua, por lo que las primeras hipótesis apuntan a que uno de los dos vehículos invadió el carril contrario.

Esta vía rápida (CG 2.2) registró varios accidentes de gravedad en los últimos meses. El pasado agosto, un vecino de Monforte murió en una colisión entre un turismo y un autobús a la altura de Bóveda, mientras que en julio una mujer resultó herida muy grave en otro siniestro en el tramo más próximo a Nadela.

Los excesos de velocidad y los adelantamientos indebidos son algunos de los factores que provocan la siniestralidad en una vía que carece de medianas entre los dos sentidos de la circulación y, entre Lugo y Sarria, de carriles de adelantamiento.

Precisamente en ese tramo, de Sarria a la capital provincial, la carretera registró entre 2016 y 2017 un gran aumento en la circulación, estimado en un 10% frente al 2% de media de la red autonómica. El pasado año, el tránsito de vehículos se situó en los 7.126 automóviles diarios. 

La Xunta tiene previsto desdoblar 11,5 kilómetros de la vía entre Sarria-Centro y la salida de O Páramo y A Pobra de San Xiao, obras que podían empezar en 2020 según los plazos que maneja el Gobierno gallego. Por su parte, el Concello de Sarria ha reclamado que la autovía de ejecute completa desde la villa hasta Nadela. 

OTROS CASOS. La seguridad de las vías de altas prestaciones también ha sido cuestionada en el caso del corredor que une Brión y Noia, donde en noviembre de 2014 fallecieron cuatro personas en un accidente. A raíz del brutal siniestro, se instalaron bolardos a modo de mediana para impedir los adelantamientos en los puntos más peligrosos.