Absuelto Eloy Castro de una estafa al no probarse que falsificó una firma

El acusado aportó un contrato en el que el denunciante reconocía las deficiencias del vehículo. El afectado negó que firmase ese papel, pero el juez dice que debió presentar una prueba caligráfica

Eloy Castro, en un juicio. AEP
photo_camera Eloy Castro, en un juicio. AEP

Eloy Castro -investigado entre otros delitos por el caso Autocentrum y la usurpación de la marca John Deere- salió airoso del último juicio por estafa celebrado contra él, ya que el magistrado del Penal número 2 de Lugo lo absolvió por falta de pruebas.

El acusado aportó un contrato firmado supuestamente por el camionero que lo denunció, en el que este reconocía los kilómetros y los problemas técnicos que presentaba el vehículo que le vendió. El afectado aseguró que fue víctima de un engaño y que nunca firmó ese documento, pero el juez concluye que tenía que haber demostrado que habían falsificado su firma. "No se ha practicado ninguna prueba pericial caligráfica en este caso, prueba que hubiera podido corroborar, en su caso, las manifestaciones del denunciante. Falta de prueba que no puede perjudicar en ningún caso al acusado", apunta.

El ministerio público solicitaba dos años y medio de prisión para Eloy Castro por vender un vehículo con el tacógrafo manipulado. Según alegaba, el acusado anunció en internet una cabeza tractora marca DAF, fabricada y matriculada en 2007 y con 412.000 kilómetros. En el anuncio se enumeraba todo el equipamiento del vehículo, así como los extras y una garantía de dos años en toda Europa.

En enero de 2012, un camionero gaditano contactó con el acusado y cerraron la venta del vehículo por 30.680 euros. "Me desplacé a Lugo", explicó el denunciante en la vista, "y me metió mucha prisa para que le entregara una fianza de 500 euros porque dijo que tenía a su padre ingresado en el hospital. Además me dio solo cinco días para que le ingresara el dinero porque había más gente interesada en el camión. Yo le pagué y me dijo que me llevaba el camión al concesionario de MAN en Madrid. Tardó más de un mes y al final me llamó y me dijo que me lo habían dejado en una gasolinera con las llaves escondidas en la batería".

El transportista explicó que el vehículo marcaba 450.000 kilómetros, pero no le dio importancia porque la diferencia con lo anunciado no era demasiada. Sin embargo, observó que no tenía los extras. Además, cuando lo llevó a una revisión, se enteró de que el tacógrafo estaba manipulado y se puso en contacto con el anterior dueño del camión. Según declaró este, se lo vendió a Eloy Castro con 720.000 kilómetros.

El acusado dijo que el comprador vio el anuncio de un camión por internet, pero cuando se trasladó a Lugo escogió otro vehículo con más kilómetros y firmaron un contrato recogiendo sus características. "Todo fue legal", dijo.

El juez concluye que no hay pruebas de lo contrario y explica además que el denunciante incurrió en algunas contradicciones durante la instrucción, por lo que absuelve a Eloy Castro de estafa.

VÍCTIMA DE UN COMPLOT. Durante el juicio, celebrado el pasado 10 de noviembre, Eloy Castro utilizó su derecho a la última palabra para mostrarse víctima de "un complot policial" y pedir ayuda a la Fiscalía. "Me están persiguiendo desde el año 2007 y llevo mucho tiempo esperando para decirlo en sede judicial. ¡Qué alguien haga algo, por dios!", exclamó. El acusado cargó especialmente las tintas contra un inspector que lo investigó en varias de las múltiples denuncias contra él. "Fue a ver a mis empleados y los coaccionó para que declararan en mi contra. No hay derecho a esto", apuntó.

Dos de sus trabajadores, que habían declarado ante la Policía y en fase de instrucción que en la empresa del acusado se manipulaban los kilómetros de los vehículos, se desdijeron en la vista y apoyaron la teoría de Eloy Castro. "Mentimos porque la Policía nos presionó", afirmaron. El acusado llegó a llorar en el juicio, supuestamente emocionado al escuchar a sus empleados.

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