La abogada laboralista Esperanza López Silvosa fallece a los 82 años

Fue la primera en ejercer en la ciudad y llegó a ser conocida como la abogada de los pobres
López Silvosa, en 2010. SEBAS SENANDE
photo_camera López Silvosa, en 2010. SEBAS SENANDE

Lugo perdió a un símbolo de las últimas décadas con el fallecimiento de Esperanza López Silvosa, la primera abogada laboralista que ejerció en la ciudad y que llegó a ser conocida como la abogada de los pobres. Se ganó el apelativo porque no ponía el dinero por delante de la defensa de un caso que creyera justo. 

Había iniciado su carrera en 1978, en plena Transición, y llegó al laboralismo tras conocer de primera mano los problemas del mundo obrero, con el que tuvo su primer contacto siendo aún una adolescente, cuando empezó a trabajar en una fábrica de cepillos que había en la antigua carretera de Montirón. Se hizo abogada sin dejar nunca de trabajar, estudiando en la Uned. 

Nacida en Montirón, la abogada colaboró en causas sociales y, así, cooperó por ejemplo con Antonio Gandoy, el cura de la bicicleta, que la introdujo en grupos cristianos del movimiento obrero. 

Mujer combativa y de ideas firmes, como laboralista trabajó en algunos casos muy mediáticos, como el despido de los veintitrés miembros del comité de empresa de Alúmina, durante la crisis del Casón, que llevó junto al prestigioso abogado Enrique de la Villa, o del entrenador del Breogán Tim Shea. 

Sus causas fueron múltiples y entre ellas estuvo la del feminismo, en la que se implicó desde muy joven. En un año llegó a llevar seis casos de agresiones sexuales y fue letrada en uno de los juicios más dífíciles, el del violador del estilete, en 1987, en el que contó con el apoyo de Cristina Almeida. 

Fue también pionera en la defensa de la prohibición de la prostitución, que reivindicó desde el Consejo Gallego de la Abogacía ante el Parlamento Gallego. 

Esperanza López Silvosa, que tenía 82 años, será despedida a las diez de la mañana de este viernes en la capilla de la residencia de los Ancianos Desamparados de San Roque con aforo reducido. A continuación será conducida al cementerio parroquial de San Pedro Félix de Muxa, donde será inhumada en el panteón familiar.