El Polvorín dejó escapar tres puntos que parecían seguros en una mala segunda mitad, en la que pasó de concretar un posible 3-0 a ceder cuatro tantos en apenas media hora. La derrota de los pupilos de José Durán podría situar al filial del Lugo en zona de descenso si puntúa la UD Ourense y ganan Paiosaco, Somozas o Rápido de Bouzas.
No parecía que el Polvorín sufriría semejante final después del primer tiempo. En los 45 minutos iniciales, el conjunto rojiblanco cumplió con el guión que soñó José Durán. El conjunto lucense partió con una presión alta que ahogó la zona de creación ourensana, lo que le permitió dominar el juego, tener la pelota y atacar en terreno rival sin apenas pasar apuros en su propio terreno.
No parecía que el Polvorín sufriría semejante final después del primer tiempo. En los 45 minutos iniciales, el conjunto rojiblanco cumplió con el guión que soñó José Durán. El conjunto lucense partió con una presión alta que ahogó la zona de creación ourensana, lo que le permitió dominar el juego, tener la pelota y atacar en terreno rival sin apenas pasar apuros en su propio terreno.
Pronto comenzó a generar ocasiones el cuadro rojiblanco. Marcos probó fortuna desde fuera del área en el primer minuto, dando un aviso al Barco de lo que le esperaba en la hora de juego inicial.
Sin embargo, el poste, junto con la entrada del ex del Lugo Rubén García un minuto antes, fue el punto de inflexión negativo
Antón Escobar mostró sus credenciales a los cinco minutos. El delantero formado en la cantera del Celta fue el más incisivo de los atacantes sobre el césped, generó siempre peligro en el primer tiempo para liderar la jugada del 1-0 y anotar un gol. Pero antes de eso ya había avisado con un disparo que atrapó Oviedo.
El Barco quiso reaccionar a la salida del Polvorín. En una especie de duelo del Oeste con Escobar, Juanito Bazo, a la postre héroe visitante, buscó la portería de Ángel Fraga en el minuto 7 y 9, aunque sin la fortuna que tendría tras el descanso.
Tras los dos acercamientos ourensanos, Escobar se topó de nuevo con Oviedo dentro del área en la antesala del gol.
Al cuarto de hora, el punta del filial lucense se fabricó una ocasión de gol para llegar a disparar ante Oviedo. El meta visitante rechazó el chut, pero el cuero acabó en las botas de Álex Rey, quien anotó el 1-0 de disparo cruzado.
En el 23, Escobar, que ya había tenido un cabezazo poco antes, puso terreno de por medio. Chiqui centró desde la izquierda al punto de penalti, donde el delantero de Nigrán la envió a la red.
Con la diferencia en el tanteador, el Polvorín se mantuvo firme hasta llegar al descanso. El duelo se mantuvo del lado del conjunto rojiblanco hasta el minuto 59. Ahí, Chiqui se topó con la madera. De haber logrado el gol se habría acabado el partido. Sin embargo, el poste, junto con la entrada del ex del Lugo Rubén García un minuto antes, fue el punto de inflexión negativo.
A partir de ahí, el Polvorín se vino abajo como un castillo de naipes. El 2-1 llegó a la hora de juego, obra de Juanito Bazo tras un centro de Ivi Vales. Siete minutos después, Bazo ejerció de nuevo de ogro para los de José Durán al anotar el empate de cabeza.
Con el partido del lado ourensano, el polvorín trató de amarrar el empate como mal menor. Se defendió ante un contrario que atacaba para darle la vuelta al tanteador sin que los lucenses lo inquietaran.
El Polvorín aguantó hasta el 83. Ahí, Ivi Vales se encontró con un balón que cruzó a Ángel Fraga en el área pequeña para culminar la remontada del Barco y poner al filial contra las cuerdas.
Lo intentó el Lugo B, que buscó la portería rival con más corazón que cabeza y lo que se topó fue con el 2-4 en el minuto 94, obra de David Álvarez para certificar una derrota dolorosa.
