El 10% de pacientes que sufrió covid grave padece lesiones pulmonares

Un estudio sobre las secuelas frecuentes revela que casi el 20% tiene disnea pasados 2 meses
Ramón Rabuñal. XESÚS PONTE
photo_camera Ramón Rabuñal. XESÚS PONTE

El estudio de secuelas de covid-19 realizado por el especialista de Enfermedades Infecciosas del Hula Ramón Rabuñal confirma lo que ya apuntaban los datos preliminares, que el 10% de los que sufren una forma grave de la enfermedad tienen lesiones pulmonares a consecuencia de ella.

En realidad, son un 17% los pacientes que, pasados dos meses después del alta, presentan una radiografía anormal, pero de ellos un 7% ya tenía problemas previos. Es decir, uno de cada diez enfermos que tuvieron que ingresar con neumonía bilateral después de infectarse con el SARS-CoV-2 presentan fibrosis residual, una lesión permanente provocada por la enfermedad, mientras que el 83% de ellos tienen una placa completamente normal.

El 95% de los enfermos revisados por la consulta de Infecciosas del Hula presenta anticuerpos

El estudio es fruto de las revisiones realizadas en una consulta específica para pacientes hospitalizados por covid-19 una vez que han recibido el alta y revela que casi el 20% sigue teniendo disnea (dificultad para respirar) pasados dos meses. Esa y la astenia —el cansancio general, que también se da en otras enfermedades víricas— son las secuelas más comunes según revela este trabajo, en el que se han incluido datos de más de 80 de los 130 pacientes que fueron ingresados en el Hula por covid-19 en la primera ola. No participaron pacientes de centros privados que fueron trasladados al Hula por un agravamiento, por ejemplo.

En la revisión final de los datos recopilados en la consulta el doctor Rabuñal admite haberse encontrado pocas sorpresas, salvo quizás que un número elevado de pacientes (44%) tenían pasados los dos meses del alta un valor elevado de Dímero D. Ese es un valor analítico que se usa habitualmente para detectar trastornos de la coagulación como trombosis venosa profunda o embolia pulmonar. Rabuñal explica que trata de un marcador que revela la inflamación. Por tanto, es lógico que los pacientes que han tenido formas más graves de la enfermedad lo tengan más elevado y también indica que va disminuyendo con el tiempo. Será un valor que seguirá revisándose en siguientes citas para la consulta y se espera que ese porcentaje de personas que lo tienen por encima del límite sea menor.

Además, el 95% de los pacientes tienen anticuerpos IGG, que son los que aparecen una vez superada la enfermedad, por lo que cabe suponer que la inmensa mayoría de los que han superado una neumonía bilateral están inmunizados contra el covid-19.

Aunque con menos frecuencia que la astenia y la disnea, el especialista en Enfermedades Infecciosas también encontró otras secuelas en ese grupo de pacientes. Casi el 4% seguía teniendo dolor torácico, un 1,3% ausencia de olfato o gusto; un 5,3% mialgias, dolor y malestar general, el mismo porcentaje que los que tenían insomnio. La ansiedad afectada al 1,3%, mientras que el 3,9 presentaba depresión. Un 29% de los pacientes examinados tenía también otros síntomas.

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