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Viajeros al tren, lucenses...

Lugo mira desde la distancia la llegada del Ave a Galicia y urge a reformar la vía del siglo XIX
Un tren Ave. EFE
photo_camera El Ave que no se verá en la estación de Lugo. EFE

LA PRIMERA vez que me subí a un tren no fue en Lugo, pese a haberme criado en el barrio de A Estación. Creo que tendría poco más de diez años y fue en un cercanías en Asturias, entre Figaredo y Mieres, un valle minero donde la comunicación ferroviaria se impulsó para transportar el mineral y a la masa obrera que lo picaba.

Tardé unos ocho años más en subirme al primer larga distancia, camino del gran Bilbao, donde descubrí la realidad del aislamiento y la carencia de infraestructuras ferroviarias que padecía Lugo, un problema que, tres décadas después, continúa sin resolverse. Aun así, esta semana varios políticos lucenses se trasladaron en coche hasta Puebla de Sanabria para inaugurar el nuevo recorrido en Ave entre Madrid y Ourense, la ciudad elegida hace dos décadas frente a Monforte de Lemos para ser la entrada de la alta velocidad en Galicia,

La noticia, histórica para los ourensanos, fue recibida sin embargo con menos entusiasmo entre los lucenses, aunque los selfies de nuestros políticos allí desplazados diesen la sensación contraria. Y es que para llegar hasta Ourense en tren desde Lugo se va a tardar casi tanto como desde Ourense a Madrid en Ave, y las obras que ha programado Adif en el trazado lucense apenas acortarán en media hora el viaje una vez concluyan.

Pero esto ya lo sabían los lucenses desde el momento en el que se decidió la entrada del Ave por Ourense, porque al no tener que pasar obligatoriamente por Lugo camino de una gran urbe atlántica, un enlace millonario por alta velocidad con una ciudad de apenas 100.000 habitantes nunca iba a ser una prioridad para el Gobierno central. De hecho, el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, admitía tras el viaje inaugural que si su ciudad tenía Ave es porque tenía que pasar obligatoriamente por allí.

Y es cierto, Lugo logró antes que otras capitales españoles de tamaño similar un enlace con autovía con Madrid gracias a que la A-6 tenía que pasar por la capital lucense camino de A Coruña. Y en el caso del ferrocarril, ni el hecho de haber contado con un ministro de Fomento lucense o tener ahora colocados a dos paisanos en puestos destacados del Ministerio de Transportes garantiza que la modernización del tren en la provincia pueda ser una realidad.

Y por si el hándicap de tener una vía decimonónica en Lugo fuese poco, la pandemia acabó por desmantelar los limitados convoyes de larga distancia con otras ciudades, como los trenes hotel que al menos permitían llegar a primera hora de la mañana a ciudades como Madrid y Barcelona o los enlaces directos con Bilbao como el que usaba yo en mis años de universitario.

Además, los escasos y subvencionados servicios de cercanías, tanto en el eje A Coruña-Lugo-Monforte como en la línea de Feve de A Mariña, hace años que dejaron de ser competitivos y ni siquiera se hace promoción de los mismos o se adaptan los horarios a los potenciales usuarios.

¿MOVILIZARSE? La plataforma Lugo non Perdas o Tren, vinculada al movimiento vecinal y que acumulaba cierto letargo desde la salida del PP de Gobierno de Madrid, reactivó este mes sus demandas en busca de que estas carencias citadas se alivien de alguna forma, por lo que remitió una carta a diferentes administraciones para que se sumen a sus peticiones.

Del mismo modo, el BNG aprovechó el viaje inaugural del Ave, en el que no participaron sus cargos públicos, y la aprobación esta semana de los Presupuestos del Estado, que no apoyaron en esta ocasión, para convocar una concentración ayer en la estación de Renfe bajo el lema ‘Lugo quere tren’. Los nacionalistas siguen reivindicando que se priorice la modernización de la red ferroviaria gallega frente a la conexión con otras comunidades, una demanda que tiene sentido en la provincia de Lugo, dado que en el eje atlántico ya hace tiempo que el tren le ganó la partida en dinero y tiempo a la autopista AP-9.

Así, en el caso de Lugo, demandan la modernización de la vía hasta A Coruña y la construcción de un enlace entre Curtis y Santiago, que daría un servicio entre la capital lucense y la gallega que ahora no existe. 

Esta movilización y las que anteriormente había promovido la plataforma vecinal no tuvieron mucho eco entre el gran público, seguramente porque viajar en tren sigue siendo una experiencia tan anecdótica para los lucenses como lo fue en mi infancia y adolescencia. Y quizá por eso los gobiernos, ya sean de uno y otro color, seguirán priorizando las infraestructuras donde se reclaman con más vehemencia.

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