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Topados con la burocracia

El Coag estalla por la elección del jefe de Arquitectura y la alcaldesa habla de "inxerencia"
La alcaldesa y edil de urbanismo con representantes del Coag. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera La alcaldesa y edil de urbanismo con representantes del Coag. VICTORIA RODRÍGUEZ

"CON LA BUROCRACIA hemos dado amigo Sancho", habría dicho el ingenioso hidalgo si en vez de iglesia se hubiese topado con un edificio administrativo cerrado por las restricciones de la pandemia y solo con acceso si se tiene el salvoconducto de la cita previa.

La extraña situación en la que llevamos viviendo desde hace casi un año ha hecho que el ciudadano que busque audiencia en cualquier negociado tenga que encomendarse al santo Job y esperar que el funcionariado, confinado como el resto de los mortales a una vida de asceta que acaba por agriar al más dulce tras los mostradores, se apiade de que el papel que falta o el certificado necesario pueda resolverse con un visto e prace suyo.

Aun así, hay a quienes la espera les inquieta tanto como a un hostelero sin ingresos una reunión del comité científico, y por ello el estallido de ciertos colectivos frente a la actuación de algún departamento de la administración ya no causa sorpresa. Y eso mismo parece ser lo que le acaba de pasar al colectivo de arquitectos de Lugo, bregado ya por crisis anteriores y que en esta ve un hilo de esperanza en el hecho de que las circunstancias sanitarias y la autoridad competente quieran que nos reencontremos con aquel eslogan de felpudo de hogar dulce hogar y le hagamos un restyling.

Pero la suerte de su resurgir profesional llegado de la mano un sector de la construcción y reformas reactivado ha chocado con una burocracia que, según denuncian, se muestra arbitraria y caprichosa a la hora de validar sus proyectos, hasta el punto de haber hecho piña desde el Coag contra un funcionario compañero de profesión que acaba de hacerse de rebote con la jefatura del servicio municipal de Arquitectura.

El cambio de última hora en la elección de la persona por la que había apostado el concejal de urbanismo para ocupar ese puesto, y que desde la alcaldía se justifica porque no cumplía todos los requisitos por los que se regía la selección, concitaron primero el enfado del edil, aunque decidió callar públicamente, y luego desataron los demonios entre un sector que se venía quejando desde hace tiempo de las dilaciones en la concesión de la licencias de obra.

La dura réplica por parte de la alcaldesa a la "inxerencia" que considera que los arquitectos tratan de impulsar con el veto al nuevo jefe de servicio municipal da idea de lo caldeados que están los ánimos entre el gobierno local y esos profesionales, a pesar de que a todos nos les queda más remedio que llegar al entendimiento si lo que buscan es que la ciudad progrese.

La regidora, que además apela a los arquitectos a no airear sus críticas en los medios de comunicación, sabe ya tras casi seis años al frente del Concello lo difícil que son las relaciones entre los cargos políticos y los funcionarios, pero en este caso ha querido romper una lanza corporativista frente a las críticas desde el exterior a uno de los suyos. El gesto le honra, aunque si es cierto el problema que relatan los arquitectos y nada se hace por solucionarlo, el manto protector se puede volver en contra de la institución si el ciudadano acaba por entender que con la burocracia ha topado.

Un revés en Personal
La hoja de ruta marcada desde la concejalía de gobernanza para darle una vuelta a la administración local se encontró esta semana con un duro revés tras la sentencia que obliga a readmitir en su puesto a la cesada jefa de Personal, otrora mano derecha del anterior alcalde en la dirección de esta área, pero caída en desgracia en el último mandato. El gobierno local recurrirá un fallo que no ahorra epítetos contra su gestión.

Armonía en la banda
La cobertura de otra jefatura de servicio municipal, la dirección de la banda de música, desató la polémica cuando se trató de hacer por la vía de la libre designación, sin tener en cuenta titulaciones, méritos o competencia a través de exámenes. Tras unos meses de incerteza, el gobierno local optó por convocar un concurso sin intrigas palaciegas que está a punto de finalizar, con dos acreditados candidatos para el puesto.

Recibos inflados
La pandemia hizo aflorar un problema enquistado en la administración local que ley Montoro había agravado: la falta de personal. En el caso del servicio de Aguas la situación llegó a provocar que no se reparasen fugas en fin de semana, algo resuelto por la vía privatizadora. Ahora la polémica llega por los recibos del agua inflados tras varios trimestres sin leerse los contadores. ¿Y para reclamar? Pues pida cita previa.

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