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¿Quién está al volante?

Los cambios de tráfico y líneas de bus hacen patente la separación de poderes del bipartito

Si algo caracterizó en su día al bipartito autonómico que dirigieron Emilio Pérez Touriño y Anxo Quintana fue el interés del segundo por demostrar que los nacionalistas tenían su parcela de poder y tomaban sus propias decisiones. A la larga, la estrategia se volvió contra el BNG, que perdió un diputado clave y acabó entregándole la mayoría absoluta a Alberto Núñez Feijóo.

Claro que en el mundo municipal el BNG también registra experiencias de trabajo de cogobierno rentabilizado por el socio del PSOE, por lo que la tónica general de los nacionalistas en los bipartitos es la de marcar territorio, sobre todo en los temas que consideran capitales, como la cultura y, desde que gobierna la ciudad de Pontevedra, la movilidad.

Hace dos años, el BNG firmó en Lugo un pacto con Lara Méndez por el que se reservaba, entre otras, esas dos áreas y una de ellas, la de movilidad, ha tenido esta semana su particular paso de las Termópilas con la entrada en vigor de la mayor reordenación del tráfico desde la peatonalización del casco histórico y con el nuevo sistema de transporte urbano, con el que se trata de romper con el viejo modelo de largas líneas que cruzaban la ciudad.

El pilotaje de esta revolución en la movilidad estuvo a cargo del teniente de alcalde, Rubén Arroxo, a quien no le importó reconocer el coste electoral que puede suponer ¿Quién está al volante? que la reordenación acabe por cronificar los atascos o el de la retirada de líneas de bus de varios puntos de la zona rural con pocos pasajeros. De momento, el nacionalista se está encontrando con la previsible resistencia de la oposición del PP y con la voluntariosa protesta de la federación vecinal, una organización que no cuenta a las concejalías del BNG entre sus patrocinadores.

En el caso del tráfico, las protestas llegan también por parte de los conductores que sufren atascos a hora punta, sobre todo en una calle como San Roque que ya estaba saturada de vehículos antes de que se le trasvasase ahora el tráfico de la Ronda. Sin embargo, puede que los afectados no tarden mucho tiempo en adaptar su rutina de recorridos para evitar las retenciones o, directamente, se pasen al bus urbano, aunque este sistema de transporte necesita aún de una mayor promoción entre los ciudadanos, recelosos del lento y poco puntual sistema que regía hasta ahora. Además, la eliminación de paradas, en algunos casos necesaria por el excesivo número, generará revuelo en los próximos meses, sobre todo porque el responsable de movilidad dice que están abiertos a cambios.

Y mientras la ciudad transita perdida hasta acostumbrarse al nuevo escenario de movilidad, Lara Méndez mira los toros desde la barrera, cumpliendo de forma exquisita el pacto de gobierno, aun sabiendo que muchos ciudadanos entienden que la nueva situación —como le decía el martes un padre a su párvulo hijo cuando se quejaba de que fuesen ese día andando al cole— "es cosa de la alcaldesa".

El futuro de A Mosqueira

La peatonalización de A Mosqueira, aunque no eliminará por completo el tráfico en la zona, porque hay varios edificios con garaje, creará un nuevo espacio de ocio que seguramente será más aprovechado por los ciudadanos que el único tramo peatonal de la Ronda existente hasta ahora —entre Bispo Aguirre y A Constitución— tanto por su amplitud como por los locales comerciales con que cuenta.

 

Carril bici para gustos

La construcción del carril bici en la zona de la ciudad afectada por el plan Dusi también está generando confusión entre los conductores. En este caso, las obras son promovidas por la alcaldía, que es la que gestiona los fondos del programa, aunque desde el área de movilidad se asegura que están recibiendo felicitaciones por esta apuesta por la bicicleta. La transversalidad en este caso funciona para lo bueno y para lo malo.

 

Reuniones en el PP

Las reuniones preparatorias del congreso del PP provincial lucense siguen, ya sea convocando a los medios para hacer la foto con expresidentes o frente a un plato de pulpo en la feria de Castro. La intención no es otra que llegar a la cita sin fisuras y con la parroquia dispuesta a aceptar el reparto de puestos de la futura dirección, aunque algunos de ellos estén todavía negociándose.

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