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PSOE: problemas y resiliencia

A Lara Méndez le tocó un duro mandato con abandonos, bloqueo y conflictos de personal
 

Lara Méndez, con ediles y directivos vecinales, inaugurando el leirapárking del Hula. XESÚS PONTE
photo_camera Lara Méndez, con ediles y directivos vecinales, inaugurando el leirapárking del Hula. XESÚS PONTE

CUANDO EN 2015 José López Orozco presentaba su lista para tratar de ser elegido alcalde por cuarta vez nadie contaba con que la número dos de su lista, la vicepresidenta provincial Lara Méndez y aspirante a relevar a José Ramón Gómez Besteiro en la Diputación, acabaría siendo alcaldesa por accidente, se quedaría cuatro años y buscaría ahora la reelección.

Tras unos días de confusión y "drama" en el PSOE, como llegó a definir Ricardo Varela la marcha de Orozco, Méndez cogía el bastón de mando ayudada por Lugonovo y BNG, pero iniciaba un mandato en solitario en el que todo serían obstáculos desde el principio, que han llegado a colocar al Concello en una situación límite en materia de personal, operatividad y hasta imagen. Sin embargo, la resiliencia que ha caracterizado a Méndez durante estos años le ha valido para sobreponerse incluso a situaciones lamentables como la de verse menospreciada ante sus narices por mandos policiales.

Pero los problemas ya comenzaron en su mandato con la marcha de los concejales Juan Carlos González Santín y José Manuel Díaz Grandío, dos de las patas en las que se asentaba un gobierno ya precario. Sus sustitutos prefirieron compatibilizar sus trabajos con su labor en el Concello, lo que limitó aún más la capacidad de gestión. Mientras, otra de las ediles históricas, Carmen Basadre, prefería continuar pero sin someterse a los dictados de la nueva jefa, lo que acabó por distanciarla de la alcaldesa, al igual que acabó ocurriendo con Ana Prieto.

Así las cosas, la administración continuó acumulando problemas de funcionamiento por la merma del personal, lo que provocó por ejemplo que el impago de facturas llevase a algunas eléctricas a cortarle la luz al Concello en varios edificios. La acumulación de contratos caducados también condujo a que los reconocimientos extrajudiciales de crédito o los reparos de legalidad pasaran a formar parte del vocabulario habitual de los plenos, en los que la oposición también contribuyó al bloqueo al vetar pagos a proveedores o al impedir la aprobación de presupuestos que seguramente tampoco fueron negociados con mano izquierda.

Y es que si algo le han reprochado a la alcaldesa sus rivales es su capacidad negociadora. Primero con la Policía Local, a la que ofreció una subida salarial mayor de la que pedían en la RPT. El documento, que sigue sin aprobarse, generó después un conflicto entre el personal que provocó la primera huelga de funcionarios municipales en 40 años o que el cuerpo policial lleve meses sin jefe. Luego, también se criticó que Lara Méndez le ahorrase a la Xunta el millón de euros que llegó a ofrecer para cofinanciar el equipamiento del auditorio, al condonarle la exención del Ibi de varios edificios por importe del coste total de los trabajos.

Pese a las críticas, la regidora logró sacar adelante dos presupuestos y un paquete de inversiones que pactó con el PP; captó más de 20 millones en financiación europea, y deja la deuda del Concello a cero y 30 millones en las cuentas. Sin embargo, serán los lucenses los que decidan si todo eso es suficiente para darle el aval para continuar.

Obras reales y pintadas
El balance de obras del mandato no es tan ambicioso como se pintó en el papel, pero aun así las actuaciones del plan de barrios y lucidos proyectos como el ascensor de Fontiñas o la peatonalización de A Milagrosa le sirven al gobierno local para cerrar su gestión con algo que presentar. Deja en manos del siguiente equipo obras millonarias como la pasarela de la N-VI, desdoblar Duquesa de Lugo o peatonalizar Quiroga Ballesteros.

A la greña con la Xunta
La relación entre el Concello y la Xunta en estos años fue tan tormentosa y politizada como se esperaba. El auditorio, el cuartel de San Fernando, A Residencia, Hemodinámica del Hula o A Tinería fueron temas recurrentes para andar a la gresca durante estos cuatro años. Además, la llegada de José Manuel Balseiro a la delegación autonómica ayudó a que ninguna crítica lanzada desde el Concello quedase sin respuesta.

Los ‘amigos’ vecinos
Si hay unos muletillas que le han servido a la alcaldesa para ayudar a capear los toros que han ido saliendo al ruedo durante el mandato, esos son los directivos de la federación vecinal. La implicación de este colectivo con el gobierno local y provincial ha sido directamente proporcional a las ayudas y contratos recibidos, aunque está por ver los réditos electorales que conseguirá el PSOE con tan estrecha relación.
 

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