Blog | Sursuncorda

PP: a la sombra del partido

Las polémicas internas marcaron a un grupo municipal tutelado desde el exterior

EL GRUPO MUNICIPAL del PP sufrió en este mandato una crisis interna que el nuevo presidente de la junta local del partido y candidato a la alcaldía, Ramón Carballo, parece querer dejar atrás con una renovación de la lista con la que buscará el asalto a la alcaldía que se les resiste a los populares desde hace 20 años.

Ese mismo reto se había marcado en 2011 Jaime Castiñeira cuando concurrió por primera vez como alcaldable y se quedó a un puñado de votos de conseguirlo. Era el momento de subirse a la ola popular que meses después aprovechó Mariano Rajoy para obtener mayoría absoluta. El lucense tampoco lo logró en 2015, con un José López Orozco multiimputado y el voto de izquierda dividido, y gran parte de ese fracaso tuvo que ver con la obediencia debida a la cúpula del partido que le hizo desmarcarse inicialmente de la reivindicación ciudadana de los servicios médicos para el Hula o las inversiones comprometidas en A Residencia.

Ya en el actual mandato, los problemas en el grupo municipal se focalizaron en la mala relación entre Castiñeira y el edil Enrique Rozas, tras haber forzado el entonces presidente del PP lucense José Manuel Barreiro que fuese en la lista. El portavoz municipal le retiró la libre disposición al Concello, que fue repartida entre dos concejalas, lo que limitó su actividad municipal.

Pero la gran fisura en el grupo se produjo a raíz de la convocatoria de primarias para PP: a la sombra del partido suceder a Barreiro en el partido. Castiñeira se posicionó con Raquel Arias, que estaba avalada por la dirección del PPdeG, y junto con él, sus ediles afines. Mientras, Rozas y otros concejales apoyaron a Elena Candia, la ganadora, lo que acabó por provocar la renuncia del portavoz municipal, a quien por sorpresa no sustituyó en el puesto el propio Rozas sino Antonio Ameijide, en una decisión salomónica que apoyó Santiago. A cambio, el edil fue nombrado viceportavoz con dedicación exclusiva, lo que provocó que quedasen sin sueldo las dos concejalas, alguna de las cuales redujo a la mínima expresión su implicación con el grupo.

Aun así, la llegada de Ramón Carballo a la dirección local del partido devolvió la calma al grupo municipal, en parte porque las decisiones tomadas eran tuteladas desde el partido. Mientras, de puertas a fuera, los populares trataron de ocultar las disputas internas y durante este mandato buscaron mantener engrasada la maquinaria en los barrios y parroquias con contactos periódicos con los vecinos, mientras Ameijide actuaba de estilete del gobierno local en los plenos, sacando a relucir los problemas de gestión de personal y burocracia que arrastra el Concello.

La salida de Castiñeira y la autoexclusión de algunas ediles del día a día limitó la capacidad de maniobra de los populares a la hora de hacer labor de control del gobierno, algo que se trató de suplir con una oposición bronca. Aun así, el PP fue el grupo que más iniciativas presentó en el mandato, aunque como tantas otras acabaron sin ser ejecutadas por el gobierno local.

La espera por el candidato

La designación del candidato a la alcaldía del PP fue un culebrón porque no estaba claro si Carballo estaba dispuesto a dejar el cargo en la subdelegación del Gobierno para bajar a la arena municipal. Al final, Pedro Sánchez y quienes lo llevaron a la Moncloa le pusieron más fácil la decisión, aunque el popular tuvo que esperar meses para anunciarlo, ya que el PPdeG quería presentar a todos los alcaldables de las ciudades a la vez.

Balseiro estuvo ahí

La llegada de José Manuel Balseiro a la delegación de la Xunta y su mediática agenda eclipsaron en parte la labor del grupo municipal del PP. De hecho, hasta se llegó a especular con que el político de Cervo iba a ser la baza electoral del PP en Lugo para competir con Lara Méndez, también exconcejala cervense. Balseiro no acalló los rumores hasta esta misma semana, en la que confirmó que no irá en la lista de Carballo.

Experiencia o aire fresco

Castiñeira presentó en 2011 una candidatura con caras nuevas y jóvenes que con el paso de los años en la oposición acabaron defraudadas por la escasa repercusión del trabajo en la sombra. Mari Teijeiro, Isabel Devesa o Ana López Pombo son tres ejemplos de ese desgaste y el nuevo alcaldable parece que intentará sustituir la experiencia que podrían aportar a su equipo con el aire fresco de quienes llegan con ilusión.

Comentarios