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El año de la alcaldesa

Lara Méndez afronta el final del mandato con presupuesto, pero con problemas de gestión

Lara Méndez, escoltada por miembros de la federación vecinal, en Fontiñas. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Lara Méndez, escoltada por miembros de la federación vecinal, en Fontiñas. VICTORIA RODRÍGUEZ

EL ÚLTIMO año de los mandatos en las alcaldías, así como en el resto de gobiernos, suele planificarse para visualizar aquellos proyectos de inversión más llamativos y para realzar la figura de gestor del candidato a revalidar el cargo. En Lugo, a falta de doce meses para la cita de las municipales, la alcaldesa Lara Méndez y sus asesores empezaron esta semana esa tarea propagandística justo dos días después de otro acto protagonizado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que presentaron el enésimo proyecto de modernización del decimonónico tren de Lugo.

Lara Méndez quiso ser más modesta y se presentó en Fontiñas para anunciar la licitación de un ascensor que salvará 14,5 metros de altura entre esta avenida y la calle Ramón Montenegro. Supone la primera obra importante que podrá contratar su equipo con el presupuesto de 2018, en el que hay más de 15 millones para gastar en nuevos equipamientos, un arma que sin embargo tiene doble filo, porque puede que la situación actual que vive el Concello, con un serio problema de personal para sacar adelante los trámites, obligue a dejar sin ejecutar gran parte del dinero.

De hecho, una tercera parte de las inversiones previstas este año se corresponden con los primeros proyectos del plan Muramiñae, los cuales ni siquiera han sido enviados a las administraciones competentes -todas ellas controladas por el PP- para que den su autorización.

Aun así, el equipo de Lara Méndez confía en poder sacar en estos meses otros proyectos importantes como las peatonalizaciones de Quiroga Ballesteros y la Praza da Milagrosa o el nuevo centro social de A Piringalla, que sustituirá al fallido proyecto de biblioteca.

Sin embargo, es con el llamado plan de barrios donde el gobierno socialista pretende echar el resto para tratar de ganarse a los ciudadanos, resolviendo los pequeños problemas que pueden ver cada vez que salen por la puerta de casa. Hay previstos 2,5 millones para reponer marquesinas, repintar bancos, reasfaltar calles, arreglar aceras... todo ello con la diligente colaboración de la federación vecinal, que parece dispuesta a asumir en los barrios el papel de "gestor de la cercanía", como así definió el exconcejal Francisco Fernández Liñares el caciquismo. Y aunque esta colaboración entre gobierno y asociaciones no se sabe qué réditos electorales puede tener, por cuanto la afinidad ideológica de los dirigentes vecinales está más cerca de las gaviotas que de las rosas, lo cierto es que si hay algo que le resultó efectivo al anterior alcalde es pasear la calle y escuchar de su boca la peticiones de los vecinos, fuesen o no atendidas después.

De forma paralela y no menos importante, Lara Méndez también tendrá que sacudirse en estos meses la imagen de administración caótica que está dando el Concello y que ya empieza a calar en el ciudadano. Es un problema enquistado y de compleja resolución, pero que no se debe esquivar.

Cs vs federación vecinal

El grupo de Cs no tiene precisamente amigos en la cúpula de la federación vecinal tras haber pedido que se haga público el destino de las subvenciones concedidas por el Concello. El partido naranja, que en parte se nutre de votos de desencantados con el PP, renuncia de esta forma a pescar en ese caladero e incluso evita cualquier relación con su directivos. Ni siquiera están dispuestos a ser ungidos por su medallismo.

A diestra y siniestra

Comentan los críticos con la federación vecinal que sus directivos apuestan por el PSOE para el Concello y el PP para la Diputación, una bipolaridad difícil de entender si no es por una cuestión pecuniaria. El caso es que este colectivo prevé acudir el lunes a las 10.45 horas a una nueva presentación del leirapárking por parte de Lara Méndez y, a las 12.00, a un acto de José Manuel Balseiro donde anunciará obras en la muralla.

Esperando a Carballo

Como si una obra de Samuel Beckett se tratase, los populares lucenses siguen esperando que Ramón Carballo anuncie su candidatura a la alcaldía. Como ya se avanzó en este periódico, el subdelegado habría dado el sí a Feijóo y solo estaría pendiente de que se haga una presentación conjunta de los alcaldables de las grandes ciudades. Eso sí, la espera se antoja que es del mismo género que practicó el dramaturgo.

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