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El carril bici de la discordia

Las obras para dotar Lugo de 14 kilómetros de circuito ciclista generan confusión y críticas
Polémico paso del carril bici en Marqués de Ombreiro por un edificio sin alinear. SEBAS SENANDE
photo_camera Polémico paso del carril bici en Marqués de Ombreiro por un edificio sin alinear. SEBAS SENANDE

LUGO AFRONTA por segunda vez en su historia reciente la construcción de un carril bici con el antecedente del fracaso anterior. Durante el mandato del alcalde popular Joaquín García Díez, se impulsó un trazado para los ciclos, del cual todavía se conserva una parte en la Ronda de Fingoi, aunque ese carril tenía una continuidad hacia el centro a través de la Avenida de Ramón Ferreiro, que la falta de uso por los ciclistas condenó a la desaparición.

Eran otros tiempos, en donde apenas se veían ciudadanos utilizando la bicicleta como medio de transporte urbano y en donde el coche particular se había hecho fuerte en las calles extramuros tras la peatonalización del casco histórico.

La sociedad ha cambiado en estos años y, además, la pandemia ha hecho que muchas personas optasen por evitar los transportes colectivos y por ejercitarse con deportes individuales como el ciclismo. Por eso, el proyecto que desde hace años se fragua en la ciudad para crear hasta 65 kilómetros de vías ciclistas urbanas, tuvo un primer impulso con el anuncio hecho por la alcaldesa Lara Méndez en 2018 para crear 15 kilómetros de carril bici entre el entorno del río Miño y el centro de la ciudad, aprovechando los fondos europeos de la estrategia Dusi y disponiendo de un presupuesto de 1,2 millones de euros.

La iniciativa contó desde aquel momento con los reparos de la oposición, que recordó las pérdidas de plazas de aparcamiento que iba a provocar la construcción de este vial ciclista y que el PP calculó que podrían ser más de 500.

La respuesta del gobierno local fue la de crear nuevas plazas de aparcamiento en solares municipales que no tenían ningún uso y que ya ha sido un éxito en aquellos barrios donde había problemas para aparcar. Sin embargo, el inicio de las obras de construcción de nuevo carril bici en la Ronda do Carme y la Rúa Marqués de Ombreiro han reactivado las protestas de vecinos y oposición, que instan a paralizar los trabajos y a negociar con las partes afectadas.

Los primeros pasos para hacer este carril lo que han generado sobre todo es confusión entre los automovilistas, que inicialmente no entendían en qué parte de la calzada podían aparcar. De hecho, ya pintadas las líneas divisorias aún se puede ver cómo hay turismos aparcados en la zona delimitada para la bicicletas, aunque es cierto que todavía no se finalizó la señalización.

En otros casos, el rechazo llega directamente por la eliminación de plazas de aparcamiento, como ocurre en Marqués de Ombreiro, un barrio donde existen aún muchas casas antiguas sin aparcamiento, además de tramos sin acera por la falta de urbanización de fincas, así como edificios mal alineados que obligan a extraños trazados del carril bici.

En todo caso, la bicicleta ahora sí que ha venido para quedarse, así que ciclistas, peatones y automovilistas tendrán que acostumbrarse a que todos ellos deben de tener su sitio en las calles.

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