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Carballo en el disparadero

 El subdelegado del Gobierno en Lugo deberá anunciar esta primavera si opta a ser alcaldable
 

Elena Candia, Ramón Carballo y Alberto Núñez Feijóo. AEP
photo_camera Elena Candia, Ramón Carballo y Alberto Núñez Feijóo. AEP

EL TIEMPO CORRE y en el PP saben que armar una candidatura a la alcaldía necesita tiempo. Por eso el presidente nacional del partido, Mariano Rajoy, marcó el camino para que antes del próximo verano se conozcan los nombres de los alcaldables de las grandes ciudades, un plazo que en Galicia ha querido adelantar Alberto Núñez Feijóo, quien pretende que estén decididos los aspirantes a las siete principales urbes al inicio de la primavera.

En el caso de ciudades como A Coruña o Ferrol, las nominaciones van a provocar cambios en las consellerías, mientras que en Lugo la designación como alcaldable del actual presidente de la junta local, Ramón Carballo, le va a obligar a dejar su cargo de subdelegado del Gobierno, si no de forma inminente, sí cuando resten unos meses para los comicios de 2019.

La militancia lucense del PP parece tener claro que Carballo será el elegido, a pesar de las dudas que suscitaron iniciativas como una encuesta que iba a encargar el partido para conocer la popularidad no solo del subdelegado, sino de otros cargos como Antonio Ameijide o José Manuel Balseiro. Para contrarrestar la incertidumbre y relanzar al PP en la ciudad, la dirección popular parece haberse decidido a impulsar acciones destinadas a visualizar la implicación con Lugo de los gobiernos ‘amigos’ de Santiago y Madrid, por lo que en las últimas semanas se sucedieron reuniones para tratar de desatascar dos asuntos considerados capitales para el desarrollo de la ciudad: la construcción de la estación intermodal y un trazado de alta velocidad ferroviaria hasta Ourense, así como la contratación de las obras prometidas para el antiguo hospital Xeral.

Al hilo de las diferentes reuniones, se vislumbra que Ramón Carballo parece haber asumido definitivamente su papel de líder del local del PP y alcaldable, en espera de que se haga oficial su designación. A estos encuentros acudió en calidad de responsable local del partido y no como subdelegado del Gobierno, lo que da a entender que ya está en el disparadero de la carrera hacia la alcaldía.

Aun así, el político de Pedrafita tendrá que caminar durante los próximos en ese alambre que supone ser la máxima representación del Gobierno central en Lugo y dirigir el PP de Lugo con la vista puesta en la alcaldía.

Una vez se anuncie su candidatura quedarán disipados también todos los rumores que circularon sobre la supuesta reticencia de Carballo a abandonar un cargo amable, de los de moqueta y coche oficial, por el de político de calles y corredoiras, con sonrisa permanente y mano tendida.

En el grupo municipal todos también parecen haber asumido sus papeles de escuderos del jefe, aunque el portavoz Antonio Ameijide da la impresión de que no renuncia a ser aspirante a la alcaldía; eso sí, consciente de que, como le ocurrió a su antecesor en el cargo, el que marca los tiempos es el partido y de que la paciencia es la mejor aliada del corredor del fondo.

El escaparate de Fitur
La feria de Madrid volvió a ser el escaparate en el que presentar la oferta turística lucense, aunque de nuevo se optó por diferenciar la capital del resto de la provincia. Lugo, por sí sola, es una ciudad capaz de defender su singularidad como destino, aunque sigue sin apostarse por convertirla en campamento base desde el que poder visitar otros puntos como A Mariña o Ribeira Sacra, un papel delegado ahora en las urbes vecinas.

Goteo de bajas en UGT
UGT sigue sufriendo un goteo de bajas de afiliados del PSOE, una situación que enojaría al fundador de ambas organizaciones, el ferrolano Pablo Iglesias. Los cambios sufridos en la dirección del sindicato en Lugo en los últimos años, con el relevo de históricos responsables, no es la única causa de la espantada, ya que también tienen mucho que ver los acuerdos a los que está llegando la ejecutiva estatal con el Gobierno de Rajoy.

Ley del silencio
Lugo sigue sin presupuesto ni obras que encargar y las semanas pasan con un Concello entretenido con polémicas estériles. Estos días la controversia llegó por un escrito remitido a los ediles para que firmasen una declaración jurada, con una ambigua redacción, en la que se comprometen a no revelar información de los decretos municipales, aunque hay quien ve detrás un intento de amordazar a la oposición.
 

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