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Agenda de precampaña

Lara Méndez, Ethel Vázquez y José Manuel Balseiro. J. VÁZQUEZ
photo_camera Lara Méndez, Ethel Vázquez y José Manuel Balseiro. J. VÁZQUEZ

EL RITMO QUE han tomado las agendas de los políticos lucenses es propio de una precampaña electoral. Ya contábamos desde su nombramiento con un hiperactivo delegado de la Xunta, José Manuel Balseiro, a quien se le cuentan una media de tres actos diarios, generalmente en diferentes puntos de la provincia, ya sea para supervisar una plantación de nabizas en Abadín o entregar un kit de desbroce en Pantón. Pero, en los últimos meses, los gobiernos socialistas en el Concello y la Diputación también han querido imitar esa histriónica carrera de visitas y fotos por la provincia y el municipio con la que se trata de dar la impresión ante los medios de comunicación de que están gobernando, aunque a veces la imagen resultante no siempre tenga el efecto divulgador deseado.

Además, la ausencia de obras de envergadura que presentar ante el electorado, acaba por convertir en un evento con corte de cinta el arreglo de una acera o el bacheado de una pista vecinal.

Esta semana se pudo ver en la ciudad una de esas fotos que surgen de la necesidad de figurar para que otros no se anoten el tanto. Se ubicó en una sala de la sede de la Xunta en Lugo y su trascendencia no era otra que la de firmar los contratos de alquiler de nueve locales del IGVS por los que el Concello pagará una renta anual de unos 15.000 euros y que llevan años cerrados porque a ningún empresario les interesó hasta ahora. Acudieron el responsable del edificio, una conselleira, la alcaldesa, el portavoz del ejecutivo local y el subdelegado del Gobierno, este último nadie sabe en condición de qué, aunque todos entienden que como futuro aspirante a la alcaldía por el PP. El obispo no asistió porque de momento poco hay que bendecir, ya que los locales ni siquiera están acondicionados para iniciar una mínima actividad comercial.

Sobre el papel, el proyecto de convertir estos locales en viveros de emprendedores a pie de calle suena bien, aunque habrá que espera a verlos ocupados y funcionando para tirar los cohetes, porque lo único que tenemos de momento son las fotos de los atriles de la Xunta y el Concello por las calles del barrio y la de una firma de unos contratos que hasta se podrían formalizar por vía electrónica.

Eso sí, el ciudadano al menos sabe que sus políticos no andan perdidos por pasillos oficiales y durante los próximos meses, hasta que llegue el mayo electoral de 2019, estarán informados de cada metro de asfalto que se coloca, porque al lado de cada máquina va a haber un cargo público señalando con el dedo el bache que se tapa.

Y por si pudieran ser pocas las imágenes de gobernantes vendiendo su gestión, los concejales de la oposición también se espera que aporten sus propias estampas, en algún caso, como anuncia Lugonovo, descubriendo las parroquias, una zona donde como quiera que el voto está repartido entre PP y PSOE, parece que no seduce mucho a los partidos minoritarios, aunque ya se sabe que en precampaña todo se andará.

A Tinería se mueve
Mientras los políticos no dejan de hacerse fotos a cuenta de A Tinería, los empresarios de la zona quieren hacer barrio y pretenden organizar una fiesta para acabar con la imagen de zona degradada e invitar a los ciudadanos a pasear sus calles. De hecho, aún  muchos lucenses evitan pasar por allí aunque les pueda suponer un atajo, porque el estigma de un Barrio Chino con más de un siglo de vida sigue muy presente.

Fiesta machista tras el 8-M
De la movilización sin precedentes celebrada en Lugo el 8-M para reivindicar la igualdad entre mujeres y hombres se pasó días después a una polémica por la aparición de carteles anunciando una fiesta al estilo de la comedia American Pie, que los colectivos feministas tachan de machista por cosificar a la mujer. El problema es que las críticas a este tipo de eventos completamente legales solo sirven para darles publicidad gratis.

Piscina y playas
La iniciativa privada o los clubes son los que están cubriendo la falta de instalaciones públicas para el baño, ampliando o creando nuevas piscinas, ya que las dos cubiertas con la que cuenta el Concello se quedan pequeñas para una ciudad de casi 100.000 habitantes y su área metropolitana. En cuanto a las playas públicas, en marzo sigue sin saberse si estará en verano la prometida zona de baño en el Miño.

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