LO HABRÁN escuchado en boca de muchos cargos públicos lucenses a la hora de criticar a otra administración por no haber contado con la que ellos dirigen a la hora de tomar decisiones. La "deslealdade institucional" es por tanto un término lo suficientemente conocido y por eso prepárense a escucharlo a lo largo de esta prolongada precampaña municipal.
El cambio de Gobierno en España caldeó además los ánimos en una provincia en la que hasta ahora había empate entre PP y PSOE en el control de las administraciones más importantes -Concello de Lugo y Diputación frente a Subdelegación y Xunta-. Tras sumar los socialistas el Ejecutivo estatal, los populares se van a movilizar durante los próximos meses para tratar de recuperar como mínimo el gobierno provincial y, si se dan las circunstancias, desalojar a Lara Méndez de la alcaldía.
Conscientes de que el PP va a echar el resto en la batalla por Lugo, el PSOE ha comenzado a rebuscar en los cajones de la Subdelegación del Gobierno -cuyo anterior inquilino fue ayer mismo proclamado candidato a la alcaldía- para tratar de encontrar algo de «deslealdade» que echarse a la boca. Y, como era de esperar, han comenzado a salir los primeros hallazgos, que la alcaldesa se apresuró a dar a conocer a la prensa antes siquiera de preguntar a las instituciones implicadas.
La regidora dio a conocer un acuerdo adoptado el 31 de mayo, curiosamente cuando se debatía en el Congreso la censura a Mariano Rajoy,por el que dejaba sin efecto la tramitación para cambiar los usos sanitarios del viejo complejo hospitalario de A Residencia, un «tema capital» para la ciudad, como le gustaba decir al expresidente del Gobierno, y que en los últimos meses ha servido para que Concello y Xunta se lancen los trastos a la cabeza a cuenta de la licencia de obra para el primer proyecto que se ejecutará, el centro integral de salud.
La Xunta, tan dada a detallar cada uno de los pasos que da en este proyecto que ya acumula varios años de retraso, quiso restar importancia a la anulación de los acuerdos alegando que se tramitará más adelante, aunque no explicó por qué no dio cuenta de ello en su día y, tampoco, por qué retrasó varios meses el inicio de esta tramitación, cuando se había comprometido en un convenio a hacerlo en un plazo máximo de 30 días. Además, indicó que fue el propio Gobierno central el que pidió paralizar el proceso, con lo que salpica de esta forma al anterior subdelegado, ahora candidato, por no haber dado cuenta del cambio.
Ahora tendrán que aclarar los nuevos gestores ministeriales si lo dicho por la Xunta es cierto y no hay motivo para preocuparse por el futuro de los proyectos de A Residencia. De ser así, solo habría que achacar a sus dirigentes «deslealdade institucional» por no haber informado al Concello antes, aunque pedir eso en precampaña es tanto como confiar en que un político, una vez accede a un cargo, no busque atajos para sacarse el máster o el doctorado.
Ramón Carballo se subió ayer oficialmente al tren municipal para optar de nuevo a la alcaldía, ya que antes de Lugo lo intentó en Pedrafita y A Fonsagrada, también feudos socialistas en los que no llegó a gobernar. Volverá así a una arena política que exige cercanía y constante contacto con el ciudadano y el militante, una labor en la que no solo es necesario demostrar ilusión, también hay que transmitírsela al electorado.
Lugonovo decide este mes quién será cabeza de cartel de la lista que concurrirá a las municipales. La asamblea dejó un único día, el 21, para que los aspirantes presenten su candidatura, que será votada el 26. Cristina Pérez Herraiz se perfila como candidata ‘oficial’ aunque no se descarta que alguien más opte. Al exconcejal Xosé Chorén lo invitaron a dar el paso, pero parece que no lo vio nada claro.
El periodista y atleta Manuel Hurtado se presenta hoy como candidato a la alcaldía por Compromiso por Galicia, en un acto a las 17.30 horas en el edificio sindical. Hurtado competirá en la carrera municipal con otro aficionado al atletismo, el nacionalista Rubén Arroxo, aunque el debutante parte con la desventaja de que su partido está fuera de la corporación, tras abandonar en su día el proyecto de Lugonovo.
