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Fibromialgia

Ángeles Novo Martínez es Dietista-Nutricionista en la Clínica Pontón Fisioterapia

La fibromialgia no fue reconocida como una enfermedad por la OMS (La Organización Mundial de la Salud) hasta el año 1992, y según ésta entidad, la sufren entre el 2 y el 4% de la población general, mayoritariamente mujeres con edades comprendidas entre los 30 y 60 años.

La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por presentar dolor crónico en músculos y tejido fibroso, rigidez, fatiga y cansancio generalizado. Se cree que podría originarse debido a una alteración en el Sistema Nervioso Central, pero de momento, su causa es desconocida. Se encuentra entre las enfermedades denominadas “invisibles”, por eso me gustaría darles voz a todas aquellas personas que la sufren día tras día, con la desesperación de no contar, todavía, con un tratamiento eficaz que palíe sus síntomas.

Puede ocurrir por sí sola, o estar desencadenada por otro factor, como acontecimientos estresantes o traumáticos (tanto físicos como emocionales), enfermedades previas, lesiones recurrentes…

Las personas que sufren fibromialgia, presentan un buen estado general, sin inflamación articular ni muscular, pero sienten un dolor generalizado. Entre las manifestaciones clínicas que presenta se encuentran:

  • Dolor constante y generalizado, es muy frecuente que junto a él se presenten rigidez matinal, mareos, palpitaciones, cefaleas y contracturas.
  • Fatiga intensa que no tiene que ver con el esfuerzo.
  • Trastornos cognitivos: dificultad para concentrarse, confusión, pérdida de memoria.
  • Trastornos del sueño: muchos de los afectados tienen dificultades para conciliar el sueño, se despiertan repetidas veces por la noche y se levantan con la sensación de no haber descansado. Algunos también sufren apnea del sueño (paradas respiratorias) o se duermen repentinamente en las horas diurnas.
  • Dismenorrea (dolor menstrual)
  • Síndrome seco: sequedad en las mucosas bucales, vaginales, en la garganta y en los ojos.
  • Síntomas gastrointestinales: estreñimiento, diarrea, gases…
  • Urgencia miccional
  • Depresión / ansiedad: la depresión y la ansiedad juegan un papel importante en las manifestaciones clínicas de la fibromialgia, pero hay que recalcar que la fibromialgia NO es un tipo de depresión y tampoco de hipocondría.
  • Hormigueos y adormecimiento de las extremidades
  • Bruxismo: rechinar los dientes
  • Síndrome de las piernas inquietas

► Diagnóstico:
El diagnostico se basa en la existencia de dolor generalizado durante más de 3 meses y con dolor a la presión y más de 11 puntos dolorosos sobre los 18 puntos gatillo. No existen pruebas analíticas que indiquen la existencia de la enfermedad.

► Tratamiento:
El tratamiento está encaminado a disminuir los síntomas y mantener la capacidad funcional para evitar que se deteriore la calidad de vida de los pacientes.

El objetivo es disminuir el dolor, la fatiga, los síntomas digestivos, mejorar la calidad del sueño y los niveles de actividad y a aumentar la capacidad de afrontar la enfermedad y mejorar el bienestar psicológico del paciente.

Existen factores que agravan los síntomas de la enfermedad (tiempo húmedo, frío, inactividad o exceso de actividad, estrés mental y físico y dormir mal) y otros que los disminuyen (calor, tiempo seco, actividad física moderada, relajación, descanso y tener un sueño reparador).

La combinación de ejercicio aeróbico y educación parece ser el tratamiento más eficaz contra sus síntomas.

► ¿Qué papel juega la alimentación en la sintomatología de la fibromialgia?
Una alimentación equilibrada puede aportar una mejor calidad de vida a los pacientes, ya que mantener un peso saludable ayuda a evitar la sobrecarga del sistema musculoesquelético.

Es frecuente que los pacientes con fibromialgia presenten sobrepeso y obesidad, lo que provoca el empeoramiento de la enfermedad debido a que aumenta la fatiga, el dolor, la dificultad para conciliar el sueño y los trastornos del ánimo. El control del peso es una herramienta eficaz a la hora de mejorar los síntomas.

Por otra parte, una pauta nutricional adaptada a situaciones de diarrea, estreñimiento, gases, sequedad bucal, dolor al tragar, dismenorrea, cefaleas o trastornos del sueño, ayuda a aliviar la sintomatología de la enfermedad y mejora la calidad de vida.

Además de encaminar la alimentación a disminuir los síntomas anteriormente descritos, es aconsejable incluir en la dieta alimentos frescos, evitando los congelados, precocinados o muy tratados ya que estos últimos sufren pérdidas de vitaminas y antioxidantes.

Es preferible optar por aceite de oliva virgen extra y de semillas antes que por la manteca y mantequilla, ya que ambas poseen grasas más perjudiciales para la salud.

Reducir el consumo de sal también es un punto a tener en cuenta, ya que podría provocar retención de líquidos e hinchazón que se sumarían a la lista de molestias ocasionadas por la fibromialgia.

Además, para un mejor control de la alimentación es fundamental tener un sueño reparador durante la noche, ya que las personas que duermen mal, controlan peor los impulsos a lo largo del día debido al aumento de la hormona cortisol. 

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