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Endometriosis y alimentación

Ángeles Novo Martínez es nutricionista en Sanatorio Virxe dos Ollos Grandes y Eva Pinto Fisioterapia 
Comida sana, frutas, verduras. EP
photo_camera Frutas, verduras. EP

La endometriosis es una enfermedad crónica que cursa con el crecimiento de tejido del endometrio fuera del útero y que, según la Sociedad Española de Medicina Interna, actualmente afecta a entre el 10 y 15% de las mujeres en edad fértil de nuestro país, aunque todavía hay muchos casos sin diagnosticar. 

Hacía un tiempo que tenía ganas de escribir sobre este tema y de cómo la alimentación nos puede ayudar a sobrellevar y mejorar ciertos síntomas de la endometriosis ya que, si alimentarnos bien es importante siempre, para las mujeres que sufren endometriosis será parte de su tratamiento. 

Entre los síntomas que provoca la endometriosis podemos citar cólicos muy dolorosos e incluso incapacitantes, dolor durante o después de las relaciones sexuales, menstruaciones muy abundantes, pérdidas de sangre entre periodos, fatiga, cansancio, falta de energía… y también genera síntomas y trastornos digestivos como diarrea, estreñimiento, dolor al defecar, retortijones.

Los endometrios también pueden localizarse en el intestino, y aquí, la zona más afectada es el colon, aunque también puede verse afectado el intestino delgado, lo que desemboca en síntomas digestivos e incluso patologías digestivas asociadas, como la gastritis crónica. 

Las mujeres que sufren endometriosis presentan inflamación y estrés oxidativo, y tanto la inflamación como el estrés oxidativo pueden verse aumentados o disminuidos según la alimentación que se siga, lo que desemboca en mayor o menor dolor, hinchazón… además, la alimentación puede ayudar a mejorar otros síntomas digestivos como la diarrea, el estreñimiento, hinchazón abdominal, dolor y retortijones... 

Es muy importante seguir una dieta alta en nutrientes antioxidantes y antiinflamatorios

  • vitamina E (aceite de oliva virgen extra, frutos secos germen de trigo, lecitina de soja…) 
  • vitamina C (frutas y verduras)
  • polifenoles (ajo negro, cúrcuma, cacao, té verde, zanahorias, arándanos, fresas, frambuesas, tomate, sandía, espinacas…) 
  • Ácidos grasos omega 3 (pescados azules, nueces, semillas de chía, de sésamo, de lino…)

Los antioxidantes, protegen a la membrana del endometrio del estrés oxidativo y contribuyen a rebajar los niveles de inflamación. 

Por lo tanto, para conseguir los antioxidantes necesarios, la alimentación ha de basarse sobre todo en frutas y verduras frescas, comiendo todos los días 3 raciones de frutas y 2 de verduras, como mínimo. Lo ideal sería que al menos una de las raciones de verduras sea en forma de ensalada, ya que algunos antioxidantes como la vitamina C o vitaminas del grupo B, desaparecen durante el cocinado debido a que son hidrosolubles y termolábiles. Cuántos más colores se incluyan en la ensalada, mejor, ya que incluyendo alimentos de distintos colores estaremos incluyendo más variedad de vitaminas y minerales, por ejemplo, el pimiento rojo crudo es uno de los alimentos que más vitamina C contiene, rallado en una ensalada es una buena forma de consumirlo crudo. 


Los ácidos grasos omega 3 tienen función antiinflamatoria, por lo que ha de consumirse pescado azul 3 veces a la semana, así como nueces, aguacate, semillas de chía, de lino, de sésamo… de forma habitual. En el caso de las semillas, han de consumirse molidas o hidratadas, ya que, si no, no se asimilan sus nutrientes. En detracción de los ácidos grasos omega 6, las grasas saturadas, grasas trans y las grasas refinadas, que son proinflamatorios y empeoran los síntomas de la endometriosis. 

También es importante el consumo de alimentos probióticos, ya que lo más habitual es que las mujeres con endometriosis tengan disbiosis intestinal (desequilibrio de la microbiota intestinal) lo que acentúa los síntomas digestivos. Son alimentos probióticos el kéfir, el yogur natural, el chucrut, los encurtidos como las aceitunas o los pepinillos en vinagre… 

Tampoco debemos olvidar que el único aceite usado ha de ser el de oliva virgen extra, consumir frutos secos crudos o tostados y sin sal, los cereales y derivados (pan, pasta, arroz, harinas…) han de ser siempre integrales, así como comer legumbres dos o tres veces por semana como mínimo.

Existe suficiente evidencia científica como para afirmar que una dieta con alto contenido en frutas, verduras, granos integrales y rica en ciertos ácidos grasos poliinsaturados, reduce significativamente la producción de biomarcadores inflamatorios. 

Y tan importante como incluir alimentos beneficiosos, es excluir los alimentos que aumentan la inflamación y el estrés oxidativo. ¿Qué alimentos no deben formar parte de nuestra alimentación? 

Es muy importante que en la alimentación de las mujeres con endometriosis no haya un consumo habitual de harinas refinadas, de azúcar, de grasas saturadas, grasas refinadas y grasas trans, así como ácidos grasos omega 6, que tienen un claro efecto proinflamatorio. Así como no consumir edulcorantes polialcoholes (sorbitol, xilitol, maltitol…) que son propensos a provocar diarreas. Lo que se resume en que no han de formar parte del día a día el pan blanco, los productos de bollería, las galletas, la mayor parte de los cereales de desayuno, los embutidos y fiambres, lácteos azucarados, la mayor parte de los productos etiquetados como 0% azúcares añadidos, la comida precocinada, los fritos…y la carne roja (ternera, vacuno mayor, carnes de caza, casi todo el cerdo…) ha de limitarse a una vez a la semana como máximo.

Ante la endometriosis, acompañada de los profesionales de la salud adecuados, se encuentra la salida hacia una mejor calidad de vida. 

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