Con la llegada del calor tendemos a retener más líquidos porque con las altas temperaturas nuestros vasos sanguíneos se dilatan más y esto genera que el flujo de la sangre sea más lento.
¿Por qué es importante combatir la retención de líquidos?
La retención de líquidos provoca la sensación de piernas cansadas, pesadez… y provoca hinchazón de las piernas, tobillos y pies. Es más habitual en las mujeres que en los hombres debido al cambio hormonal que sufren las primeras. Además, guarda relación con la hipertensión arterial, disminuyendo la retención de líquidos también mejorarán los niveles de tensión arterial, que es uno de los principales factores de riesgo a la hora de sufrir enfermedades cardiovasculares.
¿Cuáles son las claves para combatir la retención de líquidos?
Lo primero será equilibrar el consumo de sodio y potasio de nuestra dieta, ya que el sodio provoca que aumente la retención de líquidos y el potasio hace que nuestros riñones eliminen más cantidad de sodio y con ello, que disminuya la retención de líquidos (así como la hipertensión arterial).
Para ello, comenzaremos limitando todo lo posible o incluso eliminando la sal de mesa, ya que es el principal aporte de sodio de nuestra dieta, para controlar a ojo la cantidad de sal añadida a las comidas, la OMS nos dice que no se han de superar los 5 g de sal diarios, lo que equivale a una cuchara de postre. En su lugar, para dar sabor a las comidas podemos usar todo tipo especias, hierbas aromáticas, sal potásica o sal sin sodio…
Pero no es suficiente con no añadir sal a las comidas, si no que debemos eliminar de nuestra alimentación los productos altos en sal, ya que el mayor aporte de sal no proviene de la sal utilizada en el cocinado, sino de los productos ultraprocesados:
- Embutidos y fiambres.
- Salsas comerciales.
- Quesos curados.
- Comida precocinada.
- Snacks salados.
De la misma manera, habrá que poner atención en incentivar el consumo de las frutas y los vegetales que más potasio aportan, que son los siguientes:
- Plátano.
- Papaya.
- Mango.
- Patata.
- Pistachos.
- Aguacate.
- Uva negra.
- Frutas deshidratadas.
- Vegetales frescos de color verde oscuro (espinacas, brécol, acelgas, brécol…).
- Legumbres.
Un punto clave es no olvidarse de beber suficiente agua, ya que el calor hace que sudemos más y con ello aumentan las necesidades de agua de nuestro organismo, si no bebemos suficiente, nuestro cuerpo retendrá mayor cantidad de líquidos, así que, aunque parezca contradictorio, si se sufre retención de líquidos, se ha de beber más agua o infusiones.
Algo que hay que tener muy presente es que el alcohol deshidrata, por lo tanto, empeorará la retención de líquidos y la sensación de hinchazón y pesadez. En verano, el consumo de alcohol suele verse aumentado, lo que contribuye a empeorar esta situación.
Prueba por ejemplo a tomarte un corto de cerveza en lugar de una caña, a alternar un vaso de agua entre cada cerveza o vino, a cambiar la cerveza por cerveza sin alcohol… Son pequeños trucos que marcarán una gran diferencia y que te permitirán seguir disfrutando de la compañía de tu gente y de las agradables temperaturas del verano.
Por último, no podemos olvidarnos del ejercicio. Realizar actividad física mejorará el equilibrio de líquidos corporales y la circulación sanguínea.
