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Aprende a leer las etiquetas

Ángeles Novo Martínez es Dietista-Nutricionista en la Clínica Pontón Fisioterapia

Productos alimenticios en un supermercado
photo_camera Productos alimenticios en un supermercado

El etiquetado es ese gran desconocido del que en gran parte depende nuestra alimentación. 

Una parte esencial de la consulta de nutrición es aprender a interpretar las etiquetas de los alimentos, ya que de ello depende hacer una buena o una mala compra. De esa compra dependerán los alimentos que tengas en casa y de lo que tengas en tu despensa dependerá tu alimentación. Como buena parte de tu salud depende de tu alimentación, podemos decir que tu salud depende en gran parte de las decisiones que tomes en el momento de comprar.

¿Qué es lo primero que miras cuando quieres leer una etiqueta? Si haces como la mayoría de los consumidores irás directo a la tabla nutricional en la que se indican las calorías, los gramos de proteína, grasa e hidratos de carbono. Pero... ¿sacas algo en claro cuando la lees? La respuesta seguramente sea que no. Leyendo solo la tabla nutricional no se sabe si las grasas que hay en el producto son añadidas o están presentes de forma natural, en el caso de ser añadidas no se sabe de dónde proceden, si el aceite es virgen o refinado... tampoco se sabe si los azúcares son añadidos o están naturalmente presentes en el alimento. Y las calorías... ¿sabes realmente las calorías que ingieres a lo largo del día? Lo más probable es que no, pero es que tampoco es necesario. Que el balance de tu alimentación sea correcto no depende de las calorías diarias que ingieras. 

Entonces, ¿qué es lo primero que debemos mirar en una etiqueta alimentaria? Pues la lista de ingredientes. Es aquí donde tenemos la información básica de los productos. Los ingredientes aparecen por orden de mayor a menor, es decir, el primero que aparece es el que se encuentra en mayor cantidad en el producto, y así sucesivamente hasta llegar al último, que será el que se encuentra en menor cantidad. 

Mirando la lista de ingredientes es la única forma de saber si por ejemplo las harinas que forman el producto son integrales o refinadas, si los aceites son refinados o vírgenes o si contiene azúcares añadidos o edulcorantes. Una vez hemos leído los ingredientes es cuando debemos ir a mirar la tabla nutricional, si es que nos interesa saber en qué cantidad se encuentra alguno de los ingredientes como los que acabo de nombrar.

¿Y si el producto es 0%? Sin azúcares añadidos no es sinónimo de saludable. Muchos productos 0% azúcares añadidos están repletos de edulcorantes, mayoritariamente polialcoholes, lo que los convierte en productos de consumo ocasional al igual que los que contienen azúcar. En el caso de muchos yogures de sabores o postres lácteos 0% m.g, no son buenos aliados para bajar de peso ni tan siquiera para llevar una alimentación saludable ya que son 0% materia grasa, pero pueden contener igual o más azúcar añadido que sus homólogos con grasa y es más perjudicial un lácteo sin grasa pero con azúcares añadidos, que un lácteo con grasa naturalmente presente y sin azúcares añadidos. 

¿Y el aceite de palma? La mayoría de los productos que contienen aceite de palma no serían mejores para la salud si no lo tuvieran, ya que por regla general este aceite está presente en ultraprocesados cargados de harinas refinadas y azúcares añadidos que si no tuvieran aceite de palma tendrían otra grasa refinada igualmente perjudicial para la salud.

Leyendo etiquetas te darás cuenta de que la mayor parte de los productos que se ofertan en los lineales actuales no tienen cabida en una alimentación saludable y equilibrada, y que lo mejor es que la base de nuestra alimentación la formen alimentos sin etiquetas o con pocos ingredientes en su lista. 

Sé dueño de tu alimentación y empieza a saber y decidir qué comer. 

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