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Abuelos y alimentación infantil

Ángeles Novo Martínez es Dietista-Nutricionista en la Clínica Pontón Fisioterapia
Una nieto con su abuelo.EP
photo_camera Una nieto con su abuelo.EP

Cada vez se habla más del papel de los abuelos en la educación infantil, ya que actualmente cargan con responsabilidades con las que antaño no contaban en relación a la crianza de sus nietos. Y entre ellas, está la alimentación. Son muchos los abuelos que diariamente se encargan de dar de comer cada mediodía a sus nietos, además de darles también la merienda. 

Este hecho tiene un punto muy positivo para los más pequeños, ya que los niños aprenden a comer por imitación, y actualmente los patrones de una buena alimentación en relación al consumo habitual de verduras y frutas están más instaurados en los mayores que en las personas jóvenes y tienden a darle más importancia al consumo de productos frescos y de temporada. Pero también es cierto que el papel de los abuelos es consentir caprichos, y estos caprichos se tratan de comida en muchos casos. No tendrían mayor importancia si esto ocurriera de manera ocasional, pero si la tiene cuando ocurre habitualmente.

Este es un tema muy recurrente en consulta, y que preocupa a muchas familias, ya que, son muchos los abuelos que no entienden por qué no han de darñe ciertos alimentos a sus nietos, quizás, las frases más repetidas son: "toda la vida se comieron y no ha pasado nada", "pobrecito/a, es un niño/a".

Hay que partir del punto de que hace años no se vivía en un ambiente obesogénico como el de hoy en día, la exposición a productos ultraprocesados era mucho menor antaño que actualmente, lo que hacía que su consumo no supusiera un problema. Siguiendo por el punto de que los niños no tienen necesidades nutricionales diferentes a las de un adulto. 

  • Un producto que para nosotros no es beneficioso, tampoco lo será para ellos, y viceversa. Si para nosotros es bueno, también lo será para ellos. 
  • Los niños no tienen mayor necesidad de consumir azúcar, el cerebro necesita glucosa para funcionar, que no azúcar, la glucosa se la suministrará prácticamente cualquier alimento que consumamos. 
  • Que un producto sea "especial para niños" tampoco significa que sea mejor, es más, en la mayoría de los casos será peor, probablemente contenga mayor cantidad de azúcar. 
  • Que un producto contenga minerales, vitaminas y hierro tampoco lo hace mejor. Los productos en los que sobresale esto, suelen estar cargados de azúcares, aceites y harinas refinadas, por lo tanto, ser ultraprocesados que no aportan ningún beneficio a la salud. Que contengan vitaminas, minerales… no eximen al producto de los efectos negativos sobre la salud del resto de sus ingredientes. 
  • Los productos que realmente tienen vitaminas, calcio, hierro… no suelen venir etiquetados con ello: frutas, verduras, hortalizas, frutos secos, legumbres…

¿Qué deben de tener en cuenta los abuelos a la hora de comer?

  • Es posible hacer bizcochos, magdalenas, galletas… saludables, para ello solo es necesario cambiar la harina refinada por harina integral y cambiar el azúcar por dátiles triturados. 
  • Se pueden realizar rebozados con harina integral, con copos de avena, copos de maíz… y siempre serán más saludables que con harina refinada. 
  • El horno es un buen sustituto de la freidora. Actualmente también tenemos freidoras de aire que dan un resultado estupendo. 
  • Comer más cantidad de carne o pescado no hace que la alimentación sea más saludable. Grandes raciones proteicas harán que disminuya el consumo de vegetales. 
  • Comer más, no es comer mejor.
  • No insistir al niño para que se coma todo y termine lo del plato. Si no tiene más hambre, que no coma más.
  • Un niño con más peso no es un niño más sano.
  • No ofrecer otra comida en lugar de la que hay. 
  • Por que el niño rechace un alimento una vez, no tenemos que dejar de ofrecérselo, es necesario que esté expuesto a un mismo alimento reiteradas veces, presentado de forma diferente y combinado de forma diferente para que empiece a aceptarlo.

Y para terminar, os dejo una receta para disfrutar en familia, tanto de hacerla como de comerla 😉 

► Croquetas de garbanzo al horno: 

  • 200 gramos de harina de garbanzo (a la venta en cualquier supermercado)
  • 300 ml leche entera + opcionalmente un poco de mantequilla
  • 600g aproximadamente de diferentes verduras al gusto: cebolla, pimiento, zanahoria, calabaza, calabacín, champiñones… 
  •  AOVE
  • Sal
  • Pimienta
  • Huevo
  • Pan rallado

PROCEDIMIENTO:

  • Cortar las verduras en trozos pequeños
  • En una olla, echar 2 o 3 cucharadas de AOVE, y cuando esté caliente, añadir las verduras.
  • Tapar y cocinar a fuego medio. 
  • En una olla a parte, echar 300 ml de leche y añadir los 200 gramos de harina de garbanzo removiendo continuamente, hasta crear una especie de bechamel. 
  • Una vez cocinada la verdura se mezcla con la “bechamel de garbanzo”. Se sazona con sal, pimienta negra…
  • Se extiende en una bandeja y cuando enfríe, se tapa con film y se deja en la nevera unas horas para que la masa sea más manejable.
  • Precalentar el horno a 150-180ºC.
  • Batir 2 huevos. En un plato a parte poner harina de garbanzo o pan rallado (para rebozar las croquetas). 
  • Con una cuchara, cogemos trozos de la masa y le damos forma, rebozamos en huevo y después en pan rallado o en harina de garbanzo (libre elección). Colocamos en la bandeja del horno, sobre papel de hornear para que no se pegue. 
  • Hornear durante 30-40 minutos, dependiendo del tamaño de las croquetas. 

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