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La Galiza griega

Durante algunos siglos, especialmente entre el XVIII y finales del XIX, historiadores, cronistas, académicos y estudiosos de nuestro pasado, crearon una serie de mitos alrededor de los orígenes de la civilización o cultura gallega. Ahora queda mejor hablar de culturas y no de civilizaciones, ya que lo de las civilizaciones da a entender que las hay mejores y peores, como si con las culturas no sucediese lo mismo. Eso es culpa de los antropólogos, que siempre están dándole vueltas a las palabras.

Bien, el caso es que comenzó una carrera entre ciudades y autores para ver quién encontraba un pasado más glorioso y ocurrente. Muchos cayeron en el mito griego. Así, la actual Galiza como la antigua Gallaecia serían el fruto de un hermanamiento antiquísimo entre los antiguos naturales de esta tierra y una serie de héroes supervivientes huidos tras la Guerra de Troya que se diseminaron por el mundo fundando ciudades por cualquier territorio, entre los cuales la actual Galiza, mucho antes de las invasiones suevas y romanas, fue uno de sus destinos privilegiados. Es todo mentira, pero ya que estamos, seguimos. La culpa de la mentira no es mía. Cuando yo miento lo reconozco a la primera ocasión. No soy un cobarde; por el contrario: lo soy. Siempre confesamos antes de que nos torturen.

BLOGEl caso es que un día alguien leyó que Estrabón, cronista y geógrafo griego que vivió en la época de Cristo, había escrito que las costumbres de los pobladores de la zona que va del Duero hasta Fisterra eran parecidas a las de los griegos y que algunas palabras eran similares. Estrabón, que no pisó estas tierras en su vida, cita a un tal Astrepíades, cuyo texto no se conserva. Luego llegó Plinio citando a Estrabón y otros que citaban a Plinio, a Estrabón y entre ellos. Todos estos textos fueron traducidos a partir del S. XVII. Ahí empezó la carrera por hacer de Galiza un pueblo originariamente griego. Así, Ourense fue fundada por un héroe que la llamó Anphiloquia; Tyde, Helenes, y Grovios fueron Tui, Pontevedra y O Grove. Pontevedra la fundó Teucro y las demás ciudades, gente de su confianza o bien de su desconfianza. El caso es que tras la Guerra de Troya la mitad de los héroes griegos acabaron por aquí fundando ciudades. En A Coruña apuntaron más alto y encontraron al mismísimo Hércules, a quien posteriormente y con mucho acierto cambiaron por Breogán, de cuya presencia en nuestras tierras sí tenemos constancia documentada.

Aquí al principio nadie discutía esas invenciones. Más aún, historiadores muy serios como mi admirado Benito Vicetto, que era un gran fabulador, contaron la historia de la Galiza griega rodeándola de todo lujo de detalles. Bien, por aquella época la historiografía gallega era muy conjetural, por lo que se permitían todo tipo de licencias y de ocurrencias, todo fuera por dotarnos de un pasado que nos pusiera a la altura de los mejores. 

El primero que cuestionó seriamente la sarta de tonterías fue Murguía, manteniendo el origen celta de nuestra población

El primero que cuestionó seriamente la sarta de tonterías fue Manuel Murguía, manteniendo el origen celta de nuestra población. Mantuvo también un odio visceral mutuo con otro historiador, García de la Riega, quien había tratado de dotar de sentido y de soporte histórico a las teorías de la Galiza griega y fue el único que aportó algo de método. Hoy el tema desapareció como motivo de discusión porque no hay evidencias lógicas ni históricas ni arqueológicas ni antropológicas ni etimológicas ni documentales de que tal cosa haya sucedido. Ya nadie discute nuestro origen celta ni defiende el griego.

Dicho todo lo anterior, es conocido el contacto milenario entre nuestra tierra y diversos pueblos mediterráneos. De eso sí hay evidencias. Es probable que algunos fenicios o griegos se asentaran aquí, quizá de forma aislada. Por descartar, ni vamos a descartar que algunos de ellos fundaran algún asentamiento, pero eso habría que demostrarlo, cosa que hasta la fecha no ha sucedido ni creo que ocurra en adelante. Pero si alguien quiere estudiar el asunto, que tire por ahí, por la posibilidad de alguna presencia discreta de pobladores mediterráneos en algún punto concreto de nuestra geografía, no en una presencia masiva de héroes griegos fundándonos el país.

De todo aquello lo que queda es la historia de un intento por engrandecer el pasado nuestro pueblo, cosa que no nos hacía falta alguna, pero se agradece la intención.

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