Blog | Galicia histérica

De Virgen a Virgen

Más de dos mil años transcurrieron entre la primera aparición mariana en Pontevedra y la última. Hay que aclarar, que hay mucha gente que no se preocupa de estos temas, lo cuál es un error de Manuel, quiero decir un error de manual, perdone usted el equívoco, que Virgen María sólo hay una. La Virgen de Guadalupe que se venera en México es la misma madre de Dios que la Virgen del Pilar. No sé por qué razón es representada de maneras tan dispares y nombrada de tantas formas. El Niño Jesús siempre parece el mismo, porque lo es, como el Jesús crucificado. Sin embargo, a la Virgen la distinguen y la llenan de atributos, de vestimentas y hasta personalidad y de aspecto cara según cada sitio. Imagino que eso se debe a que a lo largo de la Historia, destacadamente durante la Edad Media se le daba el valor de una santa, y como santos y santas los tenían a patadas y Virgen sólo había una, todos trataban de dotarla de una personalidad propia y específica para cubrir las necesidades espirituales y crematísticas de cada lugar que quisiera rendirle culto.

virgen2Hay en Galiza unas cuantas apariciones y advocaciones marianas, como en todas partes de la cristiandad. Si busca usted documentación sobre el asunto encontrará suficientes como para escribir cuatro docenas de libros, así que vamos a centrarnos en la primera y en la última, dejando libres los dos milenios que transcurren entre ellas.

La primera aparición mariana de la que se tiene noticia en Galiza data del año 35 d.C. Todavía nuestro territorio, ni ningún lugar de Europa se había cristianizado, de ahí que el Apóstol Santiago, según la falsa tradición oral, se acercara para predicar la palabra de Cristo entre nuestros ancestros, que por aquella época transitaban entre los antiguos ritos celtas y los entonces novedosos dioses romanos. Estando el Apóstol en Muxía se le apareció la Virgen. La cosa carece de todo sentido, toda vez que Jesús murió crucificado en el año 33 y resucitó a los tres día para ascender al Cielo a sentarse a la derecha de su Padre. Pero resulta que dos años después, su madre vivía y estaba en Palestina, razón por la cuál habremos de dudar seriamente que anduviera por ahí apareciéndosele a nadie. Es de creer que tenía asuntos más domésticos que atender, no sé, como freír pescado para comer o ayudar a su marido José a atender la carpintería familiar.

Curiosamente, hay una disputa milenaria entre Muxía y Zaragoza, donde igualmente se le apareció la Virgen al Apóstol, allí llamada Del Pilar, famosísima, sobre cuál de las dos apariciones fue la primera, como si uno de los dos supuestos anulara o superara al anterior, como si María privilegiara a una de las dos localidades o como si hubiera una carrera por ser la primera, que pensándolo bien es lo que sucede. Ya que es imposible que ninguna de ambas apariciones sea real, porque no hay nada que lo pruebe y que, tal como queda dicho, María estaba por aquella época viva y ocupándose de otros asuntos más bien terrenales en Palestina, una y otra aparición son mucho más que descartables, pero en fin, tanto como respetables para quienes creen en ellas.

Pegamos un salto hasta 1925, donde Sor Lucía, vidente de merecida fama, vivió la aparición de la Virgen en Galiza. Para Sor Lucía aquello no era nuevo. Tenía amplia experiencia como vidente. Como sabe usted, Lucía dos Santos, junto a sus primos Francisco y Jacinta Marto, vivió diferentes apariciones en Fátima. Sus primos, tal como les había pronosticado la Virgen María, murieron prematuramente pero Lucía vivió largos años, algunos de los cuales los pasó en Tui y en Pontevedra. En Pontevedra tuvo varias visiones, según ella, no sólo de María, sino también del Niño Jesús, algo novedoso, pues Jesús no es pródigo en apariciones, y mucho menos cuando niño. Tras su paso por Pontevedra, la monja pasó a Tui, donde las visiones continuaron.

En Pontevedra guardamos y veneramos, no todos, que hay mucho yeyé incrédulo, la rúa de Sor Lucía y una capilla en su antiguo convento, donde es debidamente venerada. A mí lo que me molesta es que toda la cristiandad anda con la Virgen de Fátima para aquí y la Virgen de Fátima para allá pero nadie habla de las apariciones de Pontevedra ni viene peregrinando hasta aquí. Hay autobuses de turistas, normalmente formados por grupos de nuestros hermanos portugueses, que vienen, aparcan a cien metros, visitan la capilla y se largan a conocer Combarro o Compostela sin dejar aquí ni un miserable céntimo. Yo, qué quiere que le diga, no describiría a Sor Lucía dos Santos como a una impostora. Si acaso, como a una niña pastora espoleada por su imaginación en tiempos de hambruna y religiosidad desatada, que creyó ver algo y a lo largo de su vida tuvo que alimentar su relato y agrandarlo de vez en cuando para mantener sus poderes sobrenaturales. Una víctima de su tiempo y de sus circunstancias. Eso sí, como pontevedresa que fue de adopción, bien merecida tiene la calle y la capilla, más que nada porque nunca hizo daño a nadie.

Comentarios