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Pedro Sarmiento de Gamboa y el esoterismo

"¿Quién en el siglo XVI se atrevía a hablar de contactos con Marte? Busque, a ver si encuentra a alguien que lo haya hecho antes que nuestro compatriota gallego"

Pedro Sarmiento de Gamboa, gallego de Pontevedra por línea paterna y vasco por parte de madre, o sea que lo tenía todo, fue uno de los grandes renacentistas de su época. Nació hacia 1530 y murió en 1592, tiempo en el que fue navegante, explorador, descubridor, astrónomo, astrólogo, historiador, marino, militar, poeta, matemático, escritor, filólogo y mil cosas más que no consignamos aquí porque la relación de sus ofi cios y habilidades cubrirían todo el espacio que puedo dedicar al personaje.

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En resumidas cuentas era hombre de letras y de ciencias y ejercía ambas disciplinas con enorme autoridad y con absoluta libertad, hasta que le quitaron la libertad por friki. Antes de continuar, consignemos que el tío fue un señor importante y lo sigue siendo: fue cosmógrafo en Perú, descubrió un montón de islas en el Pacífi co; se peleó con Francis Drake y Walter Raleigh, fue gobernador del Estrecho de Magallanes, almirante de la Flota de Indias y muchas cosas más. Pasó dos largas temporadas en prisión, una a mano de los hugonotes franceses, aliados del eterno enemigo inglés y la otra a causa de la Santa Inquisición, que es lo que nos interesa y por lo que anteriormente, en este mismo párrafo, unas líneas arriba, usted se refirió a Pedro Sarmiento de Gamboa como un friki. Injustamente, señora, tengo que decírselo. Es usted muy de prejuzgar a la gente y eso me parace bien, pero prejuzgar a un señor que lleva 520 años muerto me parece que llega tarde.

Sobre Pedro Sarmiento de Gamboa debieran estar publicados decenas y decenas de libros en todo este tiempo. Es que además de lo antedicho fue cronista, historiador y poeta, y con todo y eso, a mí lo que más me interesa es su faceta como astrónomo, brujo y creador de sortilegios. Obviamente es la parte menos estudiada de la vida y de la obra de nuestro amigo, no sé por qué, si el buen hombre estuvo preso por ello, así que nos saltamos por esta vez toda su inabarcable aportación a las artes y a las ciencias no ocultas y nos vamos directamente a lo que nos importa, que es la relación de nuestro héroe con el esoterismo, asunto en el que también fue un precursor, un visionario. Veamos: ¿quién, en el siglo XVI se atrevía a hablar de contactos con Marte? Busque, a ver si encuentra a alguien que lo haya hecho antes que nuestro compatriota gallego, quien en una declaración jurada ante el Tribunal de la Santa Inquisición: "Exhibió un anillo de plata con ciertas letras y caracteres, que dijo ser del planeta Marte". ¡Boom!

Y lo hizo de manera espontánea, sin que nadie se lo preguntara y añadió al anillo unos cuadernillos escritos según él en marciano. Luego mostró otros declarando que estaban escritos en caldeo. No voy a llamarle mentiroso, ni en lo de la lengua caldea ni en lo de Marte, principalmente porque el fulano y unos colegas hacían anillos en los que grababan caracteres en idiomas desconocidos o inexistentes y que tenían fi nalidades concretas, como conseguir que una persona se enamorase decididamente de otra predeterminada. 

Además del propio Sarmiento de Gamboa fueron procesados y condenados sus amigotes, a saber: el que hacía los anillos y otros cuantos que los compraron. Sarmiento y su grupo fueron condenados a una tanda de latigazos (probablemente merecidos), a abjurar del judaísmo, no sé por qué si el judaísmo no pinta nada en esta historia y a una pena de prisión que fue leve porque su fama, su genio y su obra eran necesarios para el Imperio que a él nunca le importó demasiado, de ahí que se entretuviera en los rollos de los amigos de la nave del misterio.

Es un personaje, como casi todos los gallegos de su época y de antes y de hoy, menospreciado por los historiadores españoles.

Si fuera castellanomanchego, por ejemplo, su obra como geógrafo, como descubridor y como literato estarían encumbradas, porque pocos hombres en su tiempo fueron tan productivos como él. Cartografi ó todo el sur de América, canal a canal después de participar en las expediciones que descubrieron las Islas Salomón y Vanuatu, escribió una obra en dos tomos sobre la historia de los incas de gran calidad e hizo mucho más que eso, pero lo que mola son los cuadernos y la sortija escritos en marciano. También su desconocida obra en caldeo. De eso casi nada sabemos y de lo otro lo justo. Tal como va España, todo se reduce a Blas de Lezo, a Hernán Cortés, al duque de Alba y al Cid, como si alguno de ellos supieran escribir en marciano. Mediocres, que sois unos mediocres.

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