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Hércules, Gerión, Rada y Alfonso X

O Gerión llegó a Galiza persiguiendo a Hércules, o Hércules llegó a Galiza persiguiendo a Gerión

A Rodrigo Ximénez de Rada le llamaban El Toledano aunque era natural de Nafarroa. Cosas de la vida, que él vivió a caballo entre los siglos XII y XIII. Aunque no hay noticia de que haya puesto un pie en Galiza, le debemos un favor, pues fue el inventor de la leyenda de Hércules reinando en Galiza y construyendo la torre que lleva su nombre en A Coruña. A ver cómo lo cuento: Hércules o Heracles era hijo de Júpiter, el Dios más Dios de los dioses romanos. Por unas movidas, fue castigado a realizar 12 trabajos. Queda mejor XII trabajos, ya que estamos en Roma. Pues el trabajo X era robar el ganado a Gerión. El resto eran por el estilo, matar bichos mitológicos o robar.

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Bien, con solo eso, Ximénez de Rada, un genio, creó uno de los mitos fundacionales de Galiza, en este caso falso, lo que no nos preocupa porque usted y yo estamos de acuerdo en que no tenemos complejos cuando se trata de construir país y que quienes mintieron para hacerlo hace 1.100 años o más, como es el caso, merecen absolución, respeto y alabanzas. El tal Ximénez de Rada, que no lo dije, fue arzobispo de Toledo durante 40 años, por eso le llamarían El Toledano; y anteriormente obispo de Soria durante un breve mandato en plan principiante. También era un gran militar, como todos los obispos que no morían asesinados a las dos semanas de su consagración. O sea, un tío importante.

Pues resulta que el buen eclesiástico navarro fue uno de los primeros que recibió y leyó atentamente la primera versión del Corán en latín, lo que demuestra que era un señor ilustrado y por tanto habilitado para crear, recrear e inventar la historia mundial. Según él, el noroeste de la península Ibérica fue poblada por los hijos de Noé, algo muy difundido y aceptado durante siempre, y nos cuenta la batalla entre Hércules y Gerión. Hay dos versiones que se funden en una. O Gerión llegó a Galiza persiguiendo a Hércules, o Hércules llegó a Galiza persiguiendo a Gerión. Gerión, que tampoco se ha dicho porque no hay manera de reconstruir cabalmente esta historia, era un gigante conformado por tres cuerpos que se unían espalda con espalda cosidos por la cintura. La culpa no es mía.

La historia del obispo navarro fue recogida y reinterpretada por Alfonso X el Sabio, que es colega nuestro de toda la vida de Dios. La cuenta en las Cantigas de Santa María tal cual, con algún retoque estilístico pero manteniendo el fondo, que viene a ser que Hércules venció a Gerión en una batalla épica celebrada en A Coruña, enterró su cabeza, entendemos que sus tres cabezas dado el caso, y sobre la tumba erigió la Torre de Hércules.

Vale. De una u otra manera, ahí sigue funcionando el mito fundacional. Ni Ximénez de Rada ni Alfonso X el Sabio tenían conocimiento de que más allá, en Irlanda, nos contaban un par de siglos antes que su nación fue conquistada y gobernada por gallegos descendientes de Breogán, según se da cuenta en el ‘Lebor Gabála Érenn’, la obra irlandesa que relata cómo los pueblos galaicos procedentes de la actual Galiza y tierras adyacentes, liderados por la descendencia de Breogán conquistaron las tierras británicas, bretonias, bretoñas y lo que surja.

Lo que ocurrió, si me permite usted regresar al tema primigenio, es que en esa época en la que la Edad Media quería florecer y no podía, la llamada realeza castellana, en realidad gallega, buscaba la oportunidad de presentarse como descendiente de orígenes lejanísimos. De ahí que situaran a Hércules, hijo de Júpiter, como constructor de la Torre y vencedor de Gerión. No conocían la realidad de Breogán y su desendencia como fundadores de un mundo celta galaico pero buscaban algo igualmente épico, y lo encontraban en la mitología romana. Creo que teníamos que haber dicho antes que Ximénez de Rada, inventor de esta historia y Alfonso X, que la recreó en sus Cantigas, dicen que la realeza gallega, leonesa y castellana, es este orden, descendía de Hércules, el hijo de Júpiter. No nos sorprende que el inventor de esta patraña sea un navarro que fue obispo en Toledo. Tampoco que Alfonso X el Sabio la reescribiera haciéndose pasar por descendiente de Hércules.

En fin, todas estas historias, las inventadas, las recreadas, las falsas y las ciertas están ambientadas en Galiza, con lo que acabamos donde siempre: cuando alguien quería remontarse a la antigüedad, cuando quería presumir de abolengo; cuando necesitaba crecer socialmente o retener el prestigio más o menos merecido, siempre buscaba un origen gallego. Si Alfonso el Sabio se hacía pasar por descendiente de Hércules, que reinaba en Galiza y construía una torre sobre la tumba de Gerión, imagínese lo que hubiera escrito en caso de conocer la existencia de Breogán.

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