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El escudo suevo de Galiza

Cuando un mesetario le diga que España es el Estado más antiguo de Europa y su bandera igual, ríase abiertamente

Para quien quiera saltarse este texto y pasar directamente a leer de dónde lo saco, acudirá usted a la lectura de A bandeira sueva do reino da Gallaecia revista, meticuloso ensayo de Tomás Rodríguez Fernández, trabajo que puede leerse gratuita e íntegramente en formato PDF con solo buscarlo en Google. Son 22 páginas, o sea que no supone mayor esfuerzo si hay buena voluntad. 

Rodrigo Cota, paranormalia. EP

Mientras se decide, tampoco pasa nada si se entretiene aquí un rato, que esta revista que tiene entre sus manos está llena de buenos contenidos, este entre ellos, dicho sea con falsa modestia. Aquí ya se habló alguna vez del escudo, que es de lo que habla también el ensayo citado, pues de eso se trata, de una antigua bandera sueva que dio paso al actual escudo del cáliz y la sagrada hostia. Se decía que el escudo gallego tal como lo conocemos hoy es antiquísimo y permanece, con algún que otro cambio, casi inalterable desde el principio de los tiempos.

Lo que hace Tomás Rodríguez en su concienzudo trabajo es reinterpretar el escudo suevo, el primer escudo del primer reino cristiano en el mundo, a través de descripciones parciales de fuentes a las que no vamos a citar porque ya las cita él y es trabajo que nos ahorra. Por supuesto la interpretación no puede ser otra cosa que conjetural, pues no existen reproducciones de la época que podamos copiar, pero el texto nos da un par de claves interesantes: una sobre la antigüedad, anterior al Concilio de Lugo del año 569, momento en que la hostia que representa al cuerpo de Cristo se hace visible, pues antes, aunque estaba ahí permanecía dentro del cáliz.

Si nos atenemos a esa fecha, a la que yo le doy toda credibilidad porque no tengo ni idea del asunto, por lo que no voy a discutirlo, el escudo gallego ya existía como tal, representando al Reino gallego desde antes del año 569, con lo que quien quiera hacer cábalas entre la fecha de llegada de los suevos y el primer escudo, las fechas probables quedan acotadas entre los años 409 y 568, ya que el citado concilio se celebró el primero de enero del 569. Podemos ir más atrás, pues la lógica nos dice que si tal como propone Tomás Rodríguez, el escudo fue retocado en enero del 569 ya existía unos cuantos años antes. Nadie hace un escudo para cambiarlo en tres días.

Es verdad que las fuentes necesariamente son incompletas y tratan el tema de manera tangencial, pero podemos quedarnos con estos dos datos: la existencia del cáliz ya en la primera versión y una fecha bastante aproximada en términos históricos, de su primera aparición.

Luego hay más. El cáliz, con hostia o sin ella, estaba flanqueado por un dragón verde a la izquierda y un león rojo a la derecha, ambos mirando al cáliz, venerándolo, protegiéndolo o ambas cosas. Hasta ahí, más o menos, lo que a mí me parece más importante, aunque hay en A bandeira sueva do reino da Gallaecia revista, más detalles sobre el probable origen de estos dos símbolos, luego desaparecidos del escudo original, para dejar como principales protagonistas al cáliz y al cuerpo de Cristo tal como lo conocemos hoy, a los que en su día, también lejanos, se incorporaron las siete cruces que representan a las ciudades del Antiguo Reino cuando ya era algo menos antiguo.

Lo de redibujar el escudo original no deja de ser un juego en el que se busca una aproximación que en todo caso se hace con perspectiva actual, pues carecemos de otra. No obstante, está bien que se hagan estas cosas, sobre todo porque más allá de las conjeturas nos quedan datos más que fiables, o eso me parece a mí, sobre la presencia del cáliz desde hace cosa de 1.500 años, elemento que se mantiene hasta hoy y al que desde aquí deseamos una vida más larga y próspera que la que tiene hoy. 3.000 años más pero prorrogables hasta que el Sol nos queme a todos.

Vamos a lo importante: cuando venga un mesetario a hablarle del águila de San Juan, que utilizaron Franco e Isabel de Castilla (de Trastámara en realidad) y le diga que España es el Estado más antiguo de Europa y su bandera igual, ríase abiertamente, sin freno. No pierda ni cinco segundos de su valiosa vida en hablar de estas cosas, que no son temas para pinflois, y menos si vienen de España, esa patria tan única e indivisible que jamás ha sido una cosa ni la otra. Patria única es la gallega, y hasta ella, que es la más antigua de Occidente, ha perdido algunos territorios cuyos habitantes, si acaso salvando a los de O Bierzo pertenecen a regiones, países o territorios que hoy forman parte de administraciones ajenas pero que, como nuestros hermanos portugueses, que saben mucho de Historia, reconocen justamente a Galiza como el origen de su patria. Pasemos de los acomplejados adoctrinados por la ignorancia españolista.