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La vocación de Charles Manson

"Está claro que Manson se equivocó de oficio, era buen músico"
El asesino Charles Manson en una icónica foto de archivo tomada en 1969. EP
photo_camera El asesino Charles Manson en una icónica foto de archivo tomada en 1969. EP

Charles Manson, ya sabe, fue el tarado que montó una secta que el 8 de agosto de 1968 asesinó a cinco personas, entre ellas la actriz Sharon Tate, que estaba entrando en su noveno mes de embarazo. En casa de Sharon Tate estaban unos amigos y un trabajador al que sorprendieron saliendo de la finca cuando entraban los asesinos. Al día siguiente mataron a un matrimonio. Uno y otro suceso se dieron en los lujosos chalets de las víctimas.

En diciembre del mismo año, cuatro meses después, la sectabanda fue desmantelada, sus miembros detenidos y luego juzgados y condenados. Todo eso lo habían hecho porque su líder, Manson, quería provocar una revolución social asesinando a blancos ricos para que estos echaran la culpa a los negros. Comenzaría así una guerra racial que purificaría América y nosequé. Cosas de locos.

Los miembros de la Familia Manson, que así se llamaban, componían una birria de secta. Eran unos muertos de hambre que vivían de sacar dinero o conseguir un lugar donde vivir a cambio de que las chicas de la secta prestaran favores sexuales. Su objetivo además era absurdo por una cuestión de sentido común. En EEUU para acribillar a un negro no hace falta provocación, eso lo sabe todo el mundo desde siempre.

Manson era un buen músico y compositor. Se conservan una decena de canciones, maquetas con un sonido de pésima calidad. Una de esas canciones, Cease to exit, se la robó literalmente Dennis Wilson, batería de los Beach Boys, el más guapo de todos con aquel pelazo rubio y revuelto que contrastaba con los flequillos negros de sus hermanos. Manson y toda la Familia se habían alojado durante unos meses en casa de Dennis Wilson. El batería le ofreció a Manson su mansión y un Rolls a cambio de la canción. Cogió la obra, retocó un poco la letra, le hizo unos arreglos, le cambió el título por Never learn not to love y los Beach Boys la grabaron y la lanzaron registrada como composición de Dennis Wilson. Un buen día, el representante del baterista echó a toda la Familia Manson de casa de su cliente y por supuesto ni la mansión ni el Rolls prometidos pasaron jamás a manos de Manson. No es la mejor canción de Beach Boys, pero da la talla. Cuando, tras su encarcelamiento, Manson acusó a Wilson del robo de la canción, Wilson se encogió de hombros y dijo que bastante le había costado mantener a toda esa secta de vagos durante meses y que por tanto nada le debía.

Neil Young también había compartido momentos con Manson en el pasado. Lo comparaba con Bob Dylan y le dedicó una canción, Revolution blues; Ramones también le hicieron un tema, Glad to see you go. Los de Guns N’ Roses grabaron otra de las canciones de las maquetas de Manson, Look at your game, girl, pero sin robarla y acreditando al autor. Por cierto, mucho mejor la versión original de Charles Manson que la otra. Salvo el robo de los Beach Boys, todos los reconocimientos al Manson artista llegaron tras su detención, pues de otra manera quizá nadie hubiera escuchado sus canciones. Hasta Marilyn Manson le tomó prestado el apellido.

No quiero frivolizar con esto, pero está claro que Manson se equivocó de oficio. Su secta es probablemente la más cutre que se recuerde. Andaban de aquí para allá, deambulando en busca de un asentamiento, como una tribu paleolítica. El líder gozaba de un aire entre alocado y carismático, algo así como Díaz Ayuso, pero ni tenía equipo ni presupuesto ni nada. Si monta usted una secta y al cabo de dos años no es millonaria, desmóntela y cambie de actividad. Por otra parte, su idea de provocar una gran revuelta racial era otra estupidez.

Sin embargo, Manson era buen músico. Comparémoslo con David Koresh, el de la secta de Waco. También era guitarrista y compositor, bastante malo, de ahí que su obra haya pasado totalmente desapercibida. No obstante, su secta era formidable. Como secta maligna, entiéndase. Él si era un líder capaz de sacar adelante una secta de la nada y convertirla en un negocio próspero. A ver, que luego salta alguien que dice que estoy blanqueando a las sectas. Nada más lejos de mi intención. A mí me han educado bien y ni yo ni ninguno de mis hermanos o hermanas montaría jamás una secta. Bueno, quizá alguno sí, pero no diré cuál para que se queden todos pensando y sospechando de los demás.

Lo que quiero decir es que Charles Manson tenía que haber insistido con lo de la música. Si los Beach Boys le robaron una canción es porque el tío era bueno, no como persona, pero sí como artista. Conclusión: está bien saber para qué vale uno, si es que vale para algo, que no es mi caso. Y si persigue un sueño, no se equivoque de vocación, mire a Charles Manson, un hombre que echó a perder su vida y la de mucha gente por perseguir el sueño equivocado.

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