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Censura retroactiva

Los Hombres G, durante una actuación en Sanxenxo en 2019. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Los Hombres G, durante una actuación en Sanxenxo en 2019. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Hay cosas que se nos van de las manos y uno nunca sabe hasta dónde llegarán, ni cómo acabarán. Le cuento: estaba yo el otro día en Twitter y veo que los Hombres G son tendencia. Como soy curioso, entré a ver qué habían hecho: con estas cosas uno no sabe si el batería montó una fábrica de baquetas o David Summers atropelló accidentalmente al chihuahua del vecino. Resultó ser algo dramático. Ocurrió que circulaba un pasaje del programa Pasapalabra en el que Ana Morgade rompe a cantar Devuélveme a mi chica, la de sufre mamón, ya sabe. Mientras la canta y la baila grita: "¡Todos!", para animar al público a sumarse al cántico.

Luego, inmediatamente, ponen un fragmento de la canción original y todo el mundo se pone otra vez a cantar y a bailar. Cuando cesa la música, Morgade se pone seria y dice que la letra está muy mal porque utiliza la palabra marica y porque lo de "devuélveme a mi chica" no, porque las mujeres no son bolsos que se puedan cambiar ni devolver, algo en lo que nadie le llevará la contraria. El presentador, también muy serio, dice que sí, que la canción ha envejecido muy mal.

Vamos por partes: David Summers utilizó la palabra marica porque rima con chica y con polvos pica-pica. Lo suyo no es la poesía, desde luego. De haber previsto que casi 40 años después eso parecería mal, pues hubiera puesto llorica en vez de marica, pero qué iba a saber de autocensura preventiva. Su canciones eran pegadizas y de rimas facilonas. Y como él era guapo lo petaban. En cuanto a que amenace con llenar el cuello con polvos pica-pica a su adversario si no le devuelve a su chica, si eso nos parece censurable, tenemos que deshacernos de toda la creación artística desde el principio de los tiempos. Si nos ponemos a leer con lupa cada letra, a detenernos en cada cuadro o a ver mil veces una escena para encontrar algo que nos parezca mal, nos acabamos cargando a Mortadelo y Filemón, a Heidi y ya puestos a todo lo demás. No se salvarán ni una novela, ni una película, ni una escultura ni nada.

Estas cosas hay que contextualizarlas en su época, y por aquel entonces los Hombres G eran unos Teletubbies al lado de cualquier otra banda, por seguir por algún lado. Ponen a Devuélveme a mi chica al mismo nivel de la letra de aquella canción de Los Ronaldos en la que Coque Malla anunciaba a una señora que tendrá que golpearla y violarla hasta que diga sí. Aquello era muy bestia también en aquel contexto, pero nadie se quejó.

Tampoco se pusieron reparos a las letras de Siniestro Total, de los grupos vascos o de centenares de bandas que cantaban barbaridades que coreábamos todos y todas, que algunos eran números uno en las radiofórmulas y actuaban en la tele. Yo solo recuerdo dos escándalos: uno cuando vetaron a Javier Krahe en TVE por grabar Cuervo ingenuo, una crítica feroz e inteligentísima a Felipe González; y el otro fue por aquella canción de Las Vulpes que decía "me gusta ser una zorra". Esa canción sí se emitió, pero fue el ABC, entonces dirigido por Anson, el que montó una campaña furiosa. Estuvieron no sé cuántos días, un montón, publicando la letra en el periódico, sin que aquello llevara a ningún lado porque nadie se sumó porque a todo el mundo le daba lo mismo.

Es que no se salva ni la Biblia. Si nos metemos en plan victoriano a censurarlo todo con carácter retroactivo y llegamos a la conclusión de que Sufre mamón es una canción ofensiva, flaco favor estamos haciendo a los movimientos que defienden causas nobles como la lucha feminista o a los colectivos que luchan contra la homofobia, contra el racismo, contra la xenofobia o contra cualquier injusticia. Los Hombres G eran la cosa más ñoña e inocentísima que se podía escuchar en España. Eran cursis hasta decir basta.

Unos niños pijos ricachones que montaron una banda para hacer cancioncillas para adolescentes, no para molestar a nadie. Si la letra absurda de Sufre mamón incomoda, allá va al carajo toda la década de los noventa, la de los ochenta y las que irán cayendo cuando la poscensura empiece a meterse en los setenta y así hacia atrás hasta el principio de los tiempos.

Yo recomendaría mesura y sentido común. No puede ser que nos moleste absolutamente todo: "Por el parque los veo pasar,/cuando se besan lo paso fatal./Voy a vengarme de ese marica,/voy a llenarle el cuello/de polvos pica-pica.//Sufre, mamón, devuélveme a mi chica/o te retorcerás entre polvos pica-pica" ¿En serio? ¿De verdad alguien puede sentirse ofendido hoy porque unos niños grabaran esa canción hace cuatro décadas? Ese no es camino, entiendo yo.

Si no sabemos dónde están los límites, que es cierto que son difusos, tiremos de sentido común, porque esto de ofenderse por esa letra solo sirve para banalizar el machismo y la homofobia, no para erradicarlos.

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