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Medio siglo de radio

El 1 de diciembre de 1967 nacía Cope Lugo, "una nueva emisora, para los nuevos tiempos"

EL MERO hecho de que una empresa cumpla cincuenta años de vida es noticia. Son muchas las iniciativas que nacen, crecen, a veces se reproducen y finalmente mueren. Sucede en todos los ámbitos y, de forma muy evidente, en el sector de la comunicación. La crisis, sin ir más lejos, se ha cebado de forma cruel con muchos proyectos que habían aflorado al calor de la bonanza económica. Se calcula que más de doce mil personas, la mayoría periodistas, perdieron su puesto de trabajo en los últimos años. Hace menos de una década, este diario celebraba su centenario, todo un hito, sin duda, en este mar de procelosas aguas.

Tal día como hoy, el 1 de diciembre de 1967, la emisora de Radio Popular comenzaba oficialmente sus emisiones desde unos estudios recién inaugurados en la Rúa do Valiño. La antena de la estación novel, ubicada en Piugos, fue en su momento la estructura vertical más alta de la ciudad, dado que sus 105 metros de envergadura triplicaban la altura de la torre del reloj de la Catedral. La primera canción que sonó en la señal de Cope Lugo fue Ojos de España, de Kuldip. La primera cuña fue patrocinada por Yogures Rueda. "Una nueva emisora para los nuevos tiempos de la radio". Esta frase, que se colaba en miles de casas el primer día del mes de Navidad, anunciaba el alumbramiento de una nueva voz en el dial pocos minutos después de las ocho de la mañana.

Cometemos errores, es evidente. Aspiramos, eso sí, a meter la pata lo menos posible y a estar siempre del lado correcto


Después de varios meses de duro trabajo, la nueva emisora salía al encuentro de sus oyentes "con un cordial saludo para toda la región gallega y, como es natural, muy especial y cariñoso para Lugo y su provincia". Su nacimiento fue calificado por varios periódicos de la época, en su edición del día 2 diciembre, como "un acontecimiento en la historia de los medios de comunicación" lucenses. Otros incluso llegaron a destacar "su categoría y su calidad», para definirla como un vehículo de expresión «verdaderamente excepcional".

El 14 de diciembre de 1967, cuando la programación apenas llevaba dos semanas en el aire, Juan María Gallego, desde su tribuna en el diario El Progreso, escribía: "Nos gusta hacer constar el afecto rápidamente conquistado por la emisora de Radio Popular de Lugo. Su apellido o adjetivo no parece que sea arbitrario, sino que responde tal vez a ese humanísimo propósito de conquistar al pueblo por su oído para entrar seguidamente en su corazón. No es fácil usar adecuadamente estos medios, aunque lo parezca. No se nos oculta que actuar en trance de popularidad lleva el riesgo de hacer concesiones ética y estéticamente inaceptables. Pero estamos seguros de que no faltará la aguja que sepa orientar hacia el norte, indicando ese camino invisible y no obstante íntimo y penetrante que le corresponde a este medio de radiodifusión".

Cincuenta años después, Cope Lugo mantiene su propuesta. Visto el resultado, quiero pensar que, en todo ese tiempo, esa "aguja" de la que hablaba el periodista de El Progreso supo marcar, con más aciertos que errores, el camino que nos ha conducido hasta aquí. Algunos de los grupos más representativos del panorama musical gallego iniciaron su carrera en el estudio 3 de la Rúa do Valiño, que contaba con 125 butacas para el público. Aquí la juventud fue la rampa de lanzamiento de algunas bandas noveles muy comprometidas, como ‘Voces Ceibes’ o ‘Fuxan os Ventos’, entonces marcadas por las autoridades del régimen franquista. Quince días después de inaugurar su programación, la emisora ya logró reunir unas 30.000 pesetas de la época para ayudar a las familias más humildes de la ciudad. Radio Popular también conseguía entre 1976 y 1982 una veintena de galardones de ámbito nacional e internacional por creaciones de sus profesionales. De hecho, el programa A Carón fue distinguido con el I Premio Galicia de Xornalismo en el año 1985.

Con todo, el mejor premio que ha cosechado Cope Lugo y las personas que han trabajado en esa emisora durante las últimas cinco décadas son, precisamente, esos cincuenta años de vida que hoy se cumplen. Es el reconocimiento más importante. A fin de cuentas, la radio vive de la gente. Se alimenta de la calle y de sus circunstancias. Es la confianza de los oyentes la que incentiva nuestro trabajo. Sucede lo mismo con el periódico o con otros medios de comunicación. De nada sirve hablar o escribir, si nadie escucha o lee. Es mucho lo que cada día dejan en nuestras manos las personas que nos siguen. Nos entregan, para que lo custodiemos con rigor, su derecho fundamental a tener acceso a una información veraz. A veces es muy difícil estar a la altura de esa responsabilidad.

Cometemos errores, es evidente. Aspiramos, eso sí, a meter la pata lo menos posible y a estar siempre del lado correcto. Tenemos que pedir disculpas, por anticipado o de forma atrasada, por aquellos momentos en los que no hemos sabido o no hemos podido hacerlo.

Cincuenta años es toda una vida, pero no son más que la etapa de un camino que será todo lo largo que quiera la gente que cada día selecciona Cope Lugo en el dial. Nosotros a lo nuestro. Seguimos haciendo radio.

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