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No cuela

La Xunta ve como una "inocentada" que el Concello le pide que gestione sus guarderías

NO HAY DISCUSIÓN POSIBLE. Tenemos otros, sin duda, pero la tendencia demográfica regresiva que afecta a Galicia, en general, y a Lugo, en particular, es uno de los problemas más graves que tendremos que afrontar en los próximos años. Los expertos aseguran que aún queda tiempo para invertir esta situación, pero también avisan de que la próxima década será decisiva y determinante. Lo que suceda, si es para mal, probablemente será irreversible. No se puede buscar una única explicación a este fenómeno que está acelerando la desertización humana de amplias zonas rurales del país. Por su puesto, no se debe únicamente a un factor económico. Es cierto que las parejas actuales pueden encontrarse con algunas dificultades a la hora de No cuela planificar una vida con hijos, pero no lo es menos que nuestros padres nos criaron en mayor número y con unas condiciones probablemente más precarias.

En todo caso, con independencia de otras circunstancias que también influyen en la baja natalidad, las dificultades para conciliar las obligaciones laborales y las familiares forman parte de ese grupo de razones que echa para atrás a algunas parejas a la hora de traer niños a este mundo. Por lo tanto, diagnosticado el problema y en parte su magnitud, es una obligación perentoria para aquellos que mandan, y tienen por lo tanto la capacidad de tomar decisiones al respecto, tratar de buscar soluciones a los impedimentos con los que se encuentra mucha gente en edad fértil cuando se plantea en serio tener hijos. Su nacimiento es, a fin de cuentas, un bien común y colectivo. Son ellos los que pueden garantizar el mantenimiento de un sistema social de bienestar que, de otro modo y a falta de nuevas ideas, sería totalmente insostenible.

Facilitar la conciliación de la vida laboral y personal debe ser el primer paso. El desarrollo profesional de las personas no debería ser, en ningún caso, un escollo insalvable cuando una pareja se plantea la posibilidad de tener un niño. Las escuelas infantiles, las Casas-Niño en el rural, el servicio de Madrugadores en los colegios y otras alternativas son servicios pensados para ayudar a las familias a cuadrar sus horarios. En la misma línea va, o al menos lo parece, el reciente anuncio que hizo en Lugo la conselleira de Política Social, Fabiola García. Avanzó que a partir del 1 de abril las plazas serán gratuitas para los segundos hijos y sucesivos en las guarderías que dependen de la administración autonómica. Asimismo, comprometió el apoyo de la Xunta de Galicia para que esa medida se extienda el próximo curso a las instalaciones de carácter municipal. Sin duda, es una iniciativa que contribuirá a rebajar la carga que soportan los bolsillos de los padres con una prole más numerosa, aunque no sé hasta que punto servirá para animar al personal a ponerse a la azarosa tarea de procrear.

Curiosa fue en cualquier caso la reacción del gobierno local al anuncio de la conselleira. Comparecían el teniente de alcalde y el concejal de Educación para informar de su intención de pedirle a la Xunta de Galicia que asuma la gestión directa de las cuatro guarderías municipales. Explicaron que esa petición se circunscribe al deseo de avanzar hacia un modelo unificado en la gestión de las escuelas infantiles, dado que en Lugo hay siete que dependen de tres instituciones diferentes. Según su criterio, el Ayuntamiento se ahorraría así algo más de un millón de euros y los ciudadanos "molestias" innecesarias. Bien planteado, pero no cuela. Si la Administración autonómica accediese, otras ciudades se sumarían de inmediato al carro. Ni de coña. José Manuel Balseiro afirmó que lo dicho por Rubén Arroxo y Felipe Rivas fue "una inocentada". Cada uno a lo suyo, que al final es lo de todos

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