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Algo más que una anécdota

SE QUEJA Lugo Monumental, la asociación que agrupa a los negocios del casco histórico, y el propio Ayuntamiento. Cada uno a su modo, cada uno con sus argumentos e intereses y cada uno con su estilo. De todas formas, tengo la impresión de que tanto el gobierno local como esta organización de empresarios tienen razón a la hora de expresar su desaprobación con lo sucedido. Cientos de personas, tal vez miles, visitaron la capital lucense durante la Semana Santa. Pues toda esa gente que vino a vernos o, mejor dicho, que viajó para conocer nuestra ciudad, se encontró con la Oficina de Turismo de la Xunta cerrada. Y eso en pleno Xacobeo, cuando se están promocionando como nunca las excelencias de "caminar" a Galicia. Una soberana metedura de pata.

El gobierno local, desde un punto de vista más político, instó a la Xunta a revisar "su estrategia turística" para garantizar la atención a todos los visitantes que llegan a la ciudad con ánimo de conocerla, "de la misma forma que se hace desde el Ayuntamiento". Nunca es mal momento para una ración de incienso, que maquille los errores propios, ni se debe dejar escapar la oportunidad de meterle el dedo en el ojo al rival, cuando es evidente que no ha hecho las cosas bien. Por su parte, Lugo Monumental no se limitó a la crítica por lo sucedido en Semana Santa. Fue un poco más allá. No le gusta la ubicación actual de la Oficina de Turismo, en la Rúa do Miño. Sin duda, es mejorable. Por ello, además de pedirle al gobierno gallego que revise el horario de atención al público, para adaptarlo mejor a la demanda, le sugirió que estudie la posibilidad de crear puntos de información temporales en otros lugares del casco urbano. Sobre todo, en fechas señaladas, cuando realmente se espera la llegada de una gran afluencia de visitantes.

La Xunta trató de justificar lo sucedido. Precisó que en la Oficina de Turismo hay una persona encargada de su apertura los fines de semana y días festivos, pero esta Semana Santa no pudo acudir a su puesto de trabajo porque estaba de baja médica. No aclaró, en todo caso, si fue algo repentino o si en realidad esa situación pudo haberse evitado con algo de previsión. En todo caso, matizó que los visitantes fueron atendidos en el Centro de Interpretación do Camiño, que está en el mismo edificio. Allí se les facilitó información y planos a todos los visitantes que lo demandaron.

Está bien saberlo. El asunto puede quedarse en una anécdota, pero también dar pie a una reflexión por parte de aquellos que tienen la responsabilidad de tomar decisiones. Más que nada, para que no vuelva repetirse. Para mejorar, si es posible. Si se considera importante el servicio público que se presta en esa oficina, su funcionamiento en fechas tan señaladas no puede pender de un hilo tan fino. No estaría de más, por otra parte, trabajar sobre la idea que puso sobre la mesa Lugo Monumental.

La posibilidad de habilitar puntos temporales de información turística en otros lugares muy concurridos de la ciudad. Este colectivo proponía recuperar los antiguos fielatos de la muralla. Podría ser una opción. Otra, por decir algo, darles ese uso a los quioscos cerrados en la Praza Maior y Santo Domingo.

En un momento en el que tanto se habla de turismo de experiencias, se hace muy necesario cuidar los detalles. Son los que a veces marcan las diferencias. Los que determinan la impresión que se llevan los que vienen. Aquellos que, si hacemos bien las cosas, pueden ser los mejores embajadores ante aquellos otros que todavía están pensando en venir. No conviene olvidarlo.

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