Blog | Diario de un novato en campaña

Sorpresa, sorpresa

Este diario va de sorpresas, que es todo cuanto puede aportar un novato en campaña al análisis electoral por más que lo intente. Y, sin embargo, ni semejante convencimiento lo prepara a uno para toparse con la comitiva del Partido Popular paseando por Pontevedra, digamos que de tiendas, mirando trapitos.

Acabábamos de saludar a Xavi Campos -que es la otra cara de la moneda- cuando decidimos, Rodrigo Cota y yo, presentar nuestros respetos a la estatua de Valle Inclán que luce majestuosa en la plaza de Méndez Núñez. "¿Aquel no es el presidente?", preguntó Rodrigo mientras yo consultaba las noticias de la jornada en el móvil. "No, hombre no: ese es Don Ramón. Si acaso el marqués de Bradomín pero presidente…", respondí sin levantar la vista del dispositivo. La colleja debió sentirse en la muralla de Lugo y hasta en Sarria, que es donde se sitúa el epicentro de casi todos los terremotos registrados en Galicia. El golpe me hizo reaccionar y, nada más levantar la cabeza, me encontré con la mirada divertida de Alberto Núñez Feijóo y una Ana Pastor a la que Cota suele llamar "la presi", como si hubieran ido juntos al colegio.

De las labores de cicerone se encargó Alfonso Rueda, que se atrevió a poner en duda mi condición de aprendiz en esto del seguimiento electoral. "Escribe un diario de novato en campaña pero yo no me lo creo", le dijo a Feijóo. Por un momento sentí que me desvanecía, convencido de que no estaba haciendo bien mi trabajo, pero enseguida puntualizó el líder provincial que se refería a la condición de novato, no a mi escasa credibilidad en general. Aquello pareció divertir al presidente de la Xunta que, al verme tan pálido, estuvo a punto de pedir unas sales o una ambulancia, lo que tardase menos en aparecer.

Llegó, entonces, el turno de saludar a Ana Pastor. Por aquello de que me creo Don Importante, supongo, le confesé que, durante algunos meses de un pasado remoto, le serví los pedidos de un supermercado en su casa. Ella, amable y empática como pocos, trató de hacer memoria y yo me sentí tan abrumado que, en lugar de preguntar por sus expectativas de cara a los comicios del domingo, a punto estuve de indicarle dónde quedaba la sección de congelados. Y en esas estaba, abrumado por la experiencia, cuando Feijóo se me acercó nuevamente para felicitarme por el título liguero del Barça. "Vámonos de aquí", le dije entonces a Cota. "Me están entrando unas ganas loquísimas de votarlos".

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