Blog | Diario de un novato en campaña

Mis amigos y Cayetana

CAYETANA, golpista fue Tejero y seguro que te votará a ti", le dijo Gabriel Rufián a la gran protagonista del primer debate electoral organizado por TVE. Todo cuanto dijo Álvarez de Toledo, Cayetana, antes y después del croché acerado de Rufián, se podría resumir en aquella canción que los alumnos del desaparecido Agustín González cantaban a coro en Amanece que no es poco, ya saben: "Apocalipsis, fin de la historia". Y ya que estamos con canciones, ahí va otra más, esta de los Carolina Durante, que son unos chavales majísimos y empeñados en recordarnos lo buenos que eran Los Nikis: "Todos mis amigos se llaman Cayetano, zapatillas Pompeii, algunos tienen barco".

Muchos ya lo intuíamos, pero tras escuchar su intervención en el debate del martes, no parece exagerado afirmar que, desde el barco de los amigos de Cayetana, se vislumbra una España similar a la que se debía advertir desde la cubierta del Azor. "No podemos dejarlos solos, Paco", pensaría Carmen Polo mientras hacía macramé, o lo que sea que hagan las mujeres de los dictadores durante las vacaciones de verano, mientras se preocupan por España. Y en esa misma línea parecen ir las inquietudes de Cayetana, convencida de que no se puede dejar el país en manos de una mayoría parlamentaria que no incluya a su propio partido. "No podemos dejarlos solos, Pablo", sospecha la marquesa de Casa Fuerte. Y no, no pueden. Es superior a sus fuerzas. Escribir un diario de campaña como este no deja de ser un pequeño ejercicio de imaginación y, el martes, sin ir más lejos, no pude evitar pensar en esos militantes y dirigentes populares que se echarían las manos a la cabeza escuchando a Cayetana mientras recordaban la célebre frase de Pío Cabanillas: "Al suelo, que vienen los nuestros".

Por lo demás, el debate tuvo mucho de artificio y poco de sustancia, que es el escenario más propicio para la pirotecnia habitual de Inés Arrimadas. A mí me recuerda mucho a Solskjaer, el hoy entrenador del Manchester United al que, en sus tiempos de jugador, lo apodaban El asesino con cara de niño. La representante de Ciudadanos nunca pierde la sonrisa, sobre todo cuando hila argumentos que pueden sonar a amenaza. "Queremos un país de ciudadanos libres e iguales", insistió una y otra vez. Es una frase contundente y pegadiza, un poco en la línea del "A mí me gusta la gasolina" de Daddy Yankee, pero que esconde una incertidumbre inquietante, casi atroz. ¿Qué piensa hacer con los diferentes? Porque no todos tenemos amigas que se llamen Cayetana.

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