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La épica no es suficiente

Varios jugadores del Breogán, tras el duelo ante el Manresa. XESÚS PONTE
photo_camera Varios jugadores del Breogán, tras el duelo ante el Manresa. XESÚS PONTE

No era un fin de semana cualquiera para el Río Breogán. En solo 48 horas le esperaba un doble enfrentamiento (Andorra y Manresa) ante rivales directos, partidos con un valor adicional. Y el equipo lucense cumplió a medias. Una victoria y una derrota. 

A priori, la dificultad de estos encuentros se veía incrementada por la inesperada marcha de Zan Sisko y porque Dimitrios Agravanis, el sustituto de otro de los jugadores claves, Toni Nakic, reaparecía después de dos semanas de inactividad; es decir, lejos de su mejor forma. Ante el Manresa, la situación se agravó añadiéndose de inicio la baja de Jogela y, con el paso de los minutos, de Agravanis y Polite. Unos reveses de los que no se puede descartar la influencia de la incomprensible, y a lo mejor irresponsable, confección del calendario, que convirtió estas dos jornadas en un auténtico suplicio físico para la plantilla breoganista. No tiene sentido jugar en la noche del viernes en Andorra (a casi mil kilometros del Pazo) y volverlo a hacer en menos de 48 horas en Lugo. La expedición breoganista salió del Principado el sábado a primera hora en autobús (las conexiones con Andorra no permiten otro transporte) para llegar a Lugo pasadas las 20.00 horas. Por si fuera poco, en el Pazo cinco jugadores tuvieron que pasar un control antidoping, con lo que se demoró la finalización del entrenamiento de adecuación física que estaba previsto. ¿Influiría todo esto en el cansancio e incluso en alguna lesión?

Al margen de esto, en estos dos encuentros el Breogán dejó claro que la implicación de sus jugadores es máxima. Con mayor o menor acierto, se agarraron con uñas y dientes a unos partidos que tanto en Andorra como en el Pazo se llegaron a poner muy cuesta arriba. Esa entrega, la intensidad; incluso asumiendo algunos problemas en las ayudas defensivas —en el primer tiempo el Manresa tiró con cierta facilidad de tres—, fue suficiente para ganar uno de los partidos y luchar hasta el límite de las fuerzas en el segundo. Conseguir en tan poco tiempo que un equipo asuma y muestre tal alto grado de compromiso es muy complicado y una circunstancia que puede dar muchas alegrías si va acompañado por otros aspectos del juego. Y hablando de aspectos positivos, el Breogán es un equipo duro, causa problemas en el rebote ofensivo, es complicado de igualar en intensidad y ha corregido, al menos hasta ahora, un problema que la pasada campaña fue una losa, los tiros libres. Ante el Manresa forzó 39 tiros libres para anotar 33. 

Pero todo esto no oculta las deficiencias que viene mostrando el conjunto de Mrsic y que limitan sus opciones. No se puede fiar todo a la épica. Llevar los partidos al plano físico, por mucho derroche que haya, no suele ser suficiente. El baloncesto exige algo más.

"Llevar los partidos al plano físico, por mucho derroche que haya, no suele ser suficiente. El baloncesto exige algo más»

El Breogán, después de tres jornadas, no llega al 25% de aciertos en los tiros de tres, pero es que en los lanzamientos de dos también es el peor de la ACB y ni siquiera se acerca al 50%, concretamente un 46,7%. Este es el reflejo de los graves problemas ofensivos de los de Mrsic. La ausencia de referencias pasa factura, pero ni esto explica los problemas que tienen los jugadores lucenses para anotar. En ataque estático resultan evidentes los obstáculos que encuentran para una correcta circulación de balón y, por lo tanto, la consecución de buenos tiros, y esta carencia no se llega a compensar con los puntos en transición ni con los balones que de juegan en la zona.

A favor del equipo lucense juegan algunos factores. El primero, que solo se han disputado tres jornadas y hay tiempo para retomar o rectificar lo que sea necesario, y el segundo es que la marcha de Sisko permite a los técnicos incorporar a un jugador de otras características que pueda, al menos, paliar estos problemas, y que debe tener cierta capacidad de liderazgo y de anotación. Esto, al margen de la propia aportación del que venga, puede ayudar a que otros jugadores se vean liberados de una presión que posiblemente ahora les atenaza.

La lesión de Nakic fue un golpe duro por lo que representa y su importancia precisamente en las facetas ahora más problemáticas del equipo. Para colmo, su sustituto, Agravanis, se lesionó nada más llegar y desde luego aún no ha podido aportar nada de lo que de él se puede esperar. Esta ausencia de un ‘cuatro’ que abra el campo ha obligado a Mrsic a jugar durante más minutos de los deseados con un solo jugador interior. Si su lesión le vuelve a apartar de las pistas, al Breogán se le habrá generado un nuevo problema y de difícil solución, salvo que se opte por una nueva incorporación.

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